Una mañana de Reyes en un hospital infantil: "Es una alegría en un momento difícil"
Voluntarios, asociaciones y fundaciones trabajan durante meses para poder realizar la cabalgata del Hospital Infantil Niño Jesús
Hablamos con Natalia Gutiérrez, responsable de atención al paciente del hospital, para saber cómo viven los pequeños ingresados el Día de Reyes
La magia de la Navidad llega hasta el Hospital Vall d'Hebron con las visitas más esperadas en estas fechas
La cabalgata de Reyes es uno de los días más especiales para los pequeños. La tarde del día cinco de enero se convierte en un espectáculo para ellos. Pueden ver a los Reyes Magos, esos que durante la madrugada dejarán en sus casas algunos de los regalos de sus listas de deseos. Sin embargo, no todos los niños pueden estar al pie de la acera recogiendo caramelos, ni en sus hogares poniendo una bandeja con agua para los camellos y algo de comida para los Reyes.
De las más de 170 camas que tiene el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, muchas permanecen ocupadas durante estas fechas por pacientes de todas las edades, desde recién nacidos hasta jóvenes de 18 años. Los más pequeños suelen estar ingresados por infecciones respiratorias, mientras que los adolescentes ocupan principalmente las unidades de salud mental, oncología o trastornos de la conducta alimentaria.
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"Los profesionales intentan dar el alta durante las fiestas a aquellos a los que la situación se lo permite", explica Natalia Gutiérrez, responsable de atención al paciente del hospital. Para los que deben permanecer ingresados, voluntarios y profesionales sanitarios se encargan de llevar la magia al hospital para que los más pequeños pueden vivir la ilusión de este día tan especial y tradicional entre la población española.
Desde septiembre a diciembre preparan el gran día
En septiembre, el correo de Natalia comienza a recibir mensajes de asociaciones y fundaciones que quieren colaborar haciéndoles llegar regalos a los pequeños. Desde entonces, junto a un equipo de 16 colaboradores lleva recogiendo, catalogando y empaquetando regalos en 'el cuarto de los duendecillos' -como le han apodado-. Cuando se va acercando el día, el equipo de lavandería se encarga de que los complementos como guantes, pelucas y calcetines estén listos y recoger los disfraces de la tintorería de confianza que colabora con ellos. Y ese mismo día, los de cocina preparan bebidas y algo de comida para que no falte ningún detalle.
Tres médicos jubilados y sus pajes se visten con trajes hechos y cosidos a mano hace años en el hospital, "cuando todavía había costureras en él", cuenta Natalia, mostrando el tiempo que los llevan cuidando y guardando como oro en paño. Solo salen a relucir el día de la cabalgata, pero no les hace falta más, para estar impregnados de ilusión y momentos de felicidad. También, cuentan con la ayuda de una maquilladora, que los deja a punto para terminar de dejar la profesión médica a un lado y convertirse en Melchor, Gaspar y Baltasar.
El circuito por las habitaciones con música en directo
Son las 16:00 horas de la tarde, cuando los tres Reyes y sus 16 pajes con todos los regalos listos, dan el pistoletazo de salida. Juntos a ellos, una banda de música acude de manera altruista desde el País Vasco cada año para tocar instrumentos de percusión y cantar villancicos durante todo el circuito. Primero, pasan por el teatro, donde los niños de los trabajadores reciben un espectáculo de magia y Melchor da un pequeño discurso. Y después, comienza al recorrido habitación por habitación. "Todo el mundo lo vive con mucha ilusión", admite Natalia.
Cada puerta del hospital guarda la historia de un niño, su familia y un momento difícil, que se ilumina con la sorpresa y la magia que los Reyes Magos traen consigo. Han llegado cargados de regalos, dispuestos a brindar alegría incluso en las circunstancias más complicadas. A su lado, el personal sanitario acompaña cada visita, asegurándose de cumplir todas las indicaciones específicas de cada unidad.
Por ejemplo, en la unidad de trastornos alimentarios, se respeta rigurosamente el horario de las comidas, mientras que aquellos que necesitan medicación en horarios estrictos reciben sus tratamientos sin interrupciones. Para los pacientes en aislamiento, también existen protocolos especiales: "En algunos casos, abrimos la puerta para dejar el regalo en ella. Y para quienes ni eso es posible, como los trasplantados de médula, nos ven desde las ventanas, y son las enfermeras quienes les entregan los obsequios", explica Natalia.
El impacto en los niños y familias
"Hay reacciones de todo tipo. Desde niños que se llevan una sorpresa enorme a los que se quedan parados, alucinados, de que un rey le esté entregando un regalo con su nombre puesto", cuenta Natalia, que tiene guardada en su retina la imagen de una niña de unos dos años cuando les visitó hace unos días Papa Noel. "Gritaba de alegría sin parar y no paraba de mover los brazos", recuerda.
Los padres, en muchas ocasiones más conscientes de lo que está sucediendo que los niños y que emocionalmente están tristes, igualmente viven este día con mucha ilusión. "Los niños se llevan una alegría en un momento difícil y sus padres se emocionan. No sabría decirte a quién le hace más ilusión", cuenta Natalia.
Además, durante todo el mes de diciembre han hecho actividades con voluntarios, asociaciones y fundaciones. Desde espectáculos de magia, a un photocall navideño, el estreno de la película de Disney Vaiana 2, hasta el concierto de Nena Daconte y dos pases del musical Sonrisas y Lágrimas. Todo, para que estos pequeños puedan sobrellevar lo mejor posible su enfermedad en este día tan único.
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