Un guardia civil que abatió a un joven con esquizofrenia defiende que se siguió el protocolo
La víctima, que exhibía dos navajas, estaba fuera de sí gritando "voy a morir matando policías"
La familia solicita cuatro años de cárcel y seis años de inhabilitación
La Fiscalía de Madrid pide multar a un guardia civil por matar a un hombre con esquizofrenia que les amenazaba con dos navajas
Un guardia civil que abatió en septiembre de 2020 a un joven que padecía esquizofrenia paranoide y que exhibía dos navajas ha defendido en el juicio que siguió el protocolo y que la víctima estaba fuera de sí gritando "voy a morir matando policías".
El representante del Ministerio Público le imputa un delito leve de homicidio por imprudencia menos grave y solicita para él una multa de 3.600 euros. En cambio, la familia solicita cuatro años de cárcel y seis años de inhabilitación.
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En su declaración, el agente ha detallado que se siguieron los protocolos en este tipo de casos. "Me dijo: Te mató, he salido a matar policías solo me vais a parar con un tiro en la cabeza. Voy a morir matando. Estaba a cinco o diez metros y en todo momento estaba con las navajas en alto", ha descrito.
En un momento determinado, se les acercó a unos tres metros y un sargento efectuó varios disparos. "Se giró y se abalanzó sobre mí en ese momento saco el arma y realizo dos disparos a las piernas a zona no vital", ha señalado.
La madre del fallecido ha relatado los brotes psiquiátricos que sufría su hijo porque le costaba tomar la medicación. "Ese día tenía la idea de que la policía le iba a matar. Él chillaba en la plaza. No era violento. Tenía miedo", ha narrado.
Tras ello, ha criticado que doce guardias civiles fueran hacia su hijo y le propinaran una ráfaga de ocho tiros. "La ambulancia tardó mucho en llegar", ha señalado criticando que el agente acusado siga trabajando como si no hubiera pasado nada.
El suceso
Según la Fiscalía, sobre las 0.36 horas del 27 de septiembre de 2020, el acusado fue comisionado por parte de la central "COS" de la Guardia Civil, para dirigirse a la Plaza del Ayuntamiento de la localidad madrileña de Manzanares EL Real.
Una vez recibido el aviso, él y otro compañero, provistos de chaleco anti balas y guantes anti corte, se desplazaron en el vehículo policial al lugar referido.
A su llegada, se encontraron con D. M. C. S., "quien padecía de esquizofrenia paranoide y no realizaba un control adecuado de su patología y tratamiento para la misma, por lo que presentaba un estado de agitación y nerviosismo portando en cada mano una navaja de 6 cm de hoja y 6,5 cm de hoja cada una que sujetaba en alto".
Tras preguntarle los agentes qué sucedía se dirigió a ellos con expresiones tales como: "hijos de puta, fuera de aquí, os voy a matar", motivo por el cual los agentes se introdujeron nuevamente en el coche policial, y solicitaron apoyo policial y la activación del SUMMA.
Escasos minutos después se personaron diversas patrullas de la Guardia Civil correspondientes a los puestos de Cerceda, Colmenar Viejo y Tres Cantos, iniciándose un operativo policial compuesto por un total de doce agentes de la Guardia Civil, al mando del agente con TIP profesional, quien inició un diálogo con D. M. C. S. para que depusiera su actitud.
Actitud violenta con dos navajas en la mano
El resto de agentes formaron un arco con el fin de cercarle y evitar que pudiera salir en el estado en que se encontraba. Pese a ello, D. M. C. S. no cesó en su actitud y continuó en estado agresivo gritando sin cesar expresiones tales como: "voy a matar" "voy a morir matando policías" a la vez que avanzaba hacia los agentes esgrimiendo las navajas en alto.
Transcurridos 30 minutos aproximadamente, y ante la reiterada negativa de D. M. C. S. , el agente al mando ordenó a las patrullas que colocaran sus coches a ambos lados de la plaza, momento en el que D. M. C. S. se abalanzó hacia él, sin llegar a alcanzarle ya que el agente logró esquivarle.
D. M. C. S. salió corriendo por una calle adyacente siendo perseguido a pie por el acusado y otros cinco agentes de la Guardia Civil, mientras otros iniciaron la persecución en los vehículos oficiales. Tras 20 ó 30 metros de carrera, D. M. C. S. llegó a una Plaza.
"Repentinamente" se giró con las manos esgrimiendo las navajas en alto hacia el agente con que se hallaba a un metro de distancia de él, quien logró esquivarle y efectuó con su arma reglamentaria tres disparos disuasorios al aire.
Inmediatamente después, D. M. C. S., "sin cesar en su actitud," fijó su mirada en otro agente, el cual también efectuó con su arma reglamentaria un disparo al aire con carácter disuasorio.
Los disparos disuasorios no sirvieron
"Los disparos disuasorios al aire efectuados, no sirvieron para que D. cesara en su actitud, el cual cada vez estaba más nervioso", añade la Fiscalía. Acto seguido, cuando el acusado se hallaba a una distancia de 1,60 metros aproximadamente de D. M. C. S. , armado con las navajas que exhibía en alto, se dirigió hacia él enfilándolo.
Ante ello, efectuó dos disparos seguidos que alcanzaron las extremidades inferiores de D. M. C. S., el cual cayó desplomado pocos metros después como consecuencia del impacto de las balas en las dos piernas.
Las heridas requirieron intervención quirúrgica urgente de D. M. C. S. en el Hospital La Paz de Madrid, "la cual sin embargo no pudo evitar la muerte del mismo acaecida el día 29 de septiembre de 2020 como consecuencia del shock hipovolémico derivado del sangrado masivo por rotura de la arteria poplítea tras la herida de bala en pierna izquierda".
En concepto de responsabilidad, la Fiscalía reclama al acusado y al Estado, como responsable civil subsidiario, una indemnización total de 182.725 euros para los familiares del fallecido.
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