El pasado 24 de septiembre se cumplieron 10 años de la detención del pederasta de Ciudad Lineal. Antonio Ángel Ortiz Martínez sembró de miedo toda una ciudad, Madrid, por los monstruosos delitos que cometía al secuestrar y violar a cuatro niñas de entre cinco y nueve años. Una década después, sigue en la cárcel sin ánimo de reintegrarse en la sociedad, informa Susana Guzmán.
A pesar de alegar su inocencia hasta el final, las pruebas contra Antonio Ortiz eran contundentes. Así lo reconoce el abogado de una de las víctimas, José Antonio Tuero, ya que había "pruebas objetivas como los restos de ADN", con las que las víctimas pudieron reconocerle "como el autor de los hechos".
Su arresto puso fin a una de las actuaciones policiales más complejas, la Operación Candy, que movilizó a cientos de agentes por Madrid. El papel de las niñas fue crucial ya que, a pesar de su corta edad, aportaron información esencial para capturar al pederasta. "Hicieron un croquis de la casa donde, efectivamente, se produjeron agresiones sexuales", apunta el letrado. Así pues, el pederasta de Ciudad Lineal fue condenado a 70 años de cárcel de los que cumplirá 20, entonces no existía la prisión permanente revisable, por lo que saldrá a la calle en 2034.
En esta década ha pasado por varias prisiones, hace meses fue trasladado a la cárcel de Jaén desde el centro penitenciario de Herrera de la Mancha en Ciudad Real, donde coincidió con Carcaño y Bretón entre otros criminales. Actualmente, está en un módulo de respeto y no se ha sometido a ningún programa rehabilitador. El portavoz de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP), Joaquín Leyva, sostiene que "las personas que de base no reconocen que han cometido un delito, no entienden que tengan que reinsertarse".
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