La Guardia Civil ha enviado a prisión a César, la pareja de Raquel, la mujer desaparecida el 31 de agosto en Villalbilla, Madrid, y cuyo cadáver ha sido encontrado en una pequeña habitación de la vivienda tras un registro policial. Los investigadores apuntan a un homicidio o inducción al suicidio, a falta de la investigación y la autopsia definitiva. El cuerpo de Raquel fue encontrado en ese pequeño espacio delante de un altar en el que hacían ofrendas y rezaban.
Según los primeros datos de la investigación, el cadáver no tenía signos de violencia, pero estaba rodeado de cajas de medicamentos y según su marido, ella se había intentado suicidar varias veces. A pesar del olor, él aseguró también a los agentes que desconocía el paradero de su mujer.
Fuentes del instituto armado han indicado a EFE que el estancia en la que se encontraba el cadáver no era un zulo o un sótano, sino una estancia de pequeñas dimensiones a la que se accedía a través de una pequeña puerta situada en una pared y que para acceder a ella es inevitable agacharse.
La autopsia preliminar no ha encontrado signos de violencia externos en el cadáver, pero los investigadores de la Guardia Civil se encuentran a la espera de recibir el informe toxicológico -que puede tardar varios días- para determinar la causa exacta de su muerte.
La principal hipótesis, con los datos que han recabado los agentes, es que muriera por la ingesta de las pastillas, pero no descartan otras posibilidades.
El informe de toxicología también podría dar pistas acerca del papel que el marido jugó en la muerte de Raquel B. L., de 54 años, vendedora de seguros y que, según denunció el sospechoso, llevaba desaparecida desde el pasado 31 de agosto.
El Juzgado de Instrucción número 6 de Alcalá de Henares, de guardia en el momento de su paso a disposición judicial la tarde del miércoles, decretó su ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza.
Le imputa un delito de homicidio o de inducción al suicidio, entre otros, calificación penal que podrá variar a medida que avanza la instrucción judicial, que está previsto que prosiga la magistrada del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Alcalá.
Las pesquisas arrancaron el pasado 4 de septiembre, cuando el hombre presentó una denuncia por la desaparición de su mujer que desde el primer momento los investigadores consideraron que tenía "numerosas contradicciones e incongruencias", ha indicado la Comandancia de Madrid del instituto armado.
Según dijo, Raquel salió sobre las 09:30 del domicilio conyugal, ubicado en la avenida del Romero de Villabilla, portando únicamente una pequeña mochila, han indicado a EFE fuentes próximas a la investigación.
Se subió a su coche, un Toyota de color azul oscuro, en dirección a Yuncos (Toledo), donde -siempre según denunció el marido- vive su madre y donde se iban a celebrar las fiestas del pueblo.
Sobre las 11:30 de ese mismo día, prosiguió, su mujer se puso en contacto con él por vía telefónica para comunicarle que ya había llegado a la localidad toledana y que se había dejado el cargador del móvil.
En su denuncia, el hombre reseñó que su mujer había tenido un intento de suicidio el pasado mayo al ingerir unas 60 pastillas de antidepresivos, así como otro episodio autolítico hace aproximadamente tres años.
Establecieron un dispositivo de búsqueda y lograron encontrar, no muy lejos del domicilio, el Toyota azul de la desaparecida.
Además, triangularon los movimientos del teléfono móvil de la víctima, que arrojaron indicios de que podría ser que nunca llegara a salir de su vivienda.
Con todas esas pruebas trataron de registrar el domicilio, pero el marido se negó. No fue hasta el pasado domingo cuando obtuvieron una orden judicial para poder entrar y encontraron el cuerpo, que aparentemente llevaba varios días sin vida.
El sospechoso no se encontraba en la casa, pero lo localizaron y arrestaron en las inmediaciones del mismo, según las fuentes consultadas. En un primer momento le imputaron delitos de homicidio y ocultación del cadáver.
Los agentes de la Policía Judicial siguen investigando para tratar de esclarecer las circunstancias exactas de la muerte y determinar si, como plantea el juez, el hombre mató a su esposa o le indujo a que se suicidara.
No constaban denuncias previas por violencia de género y ni la fallecida ni el arrestado estaban registrados en el sistema VioGén. Tampoco tenían hijos en común, según los primeros datos.
La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género está recabando datos para determinar si se trata de un asesinato machista. Sería la cuarta víctima en la Comunidad de Madrid en 2024.
El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 53 idiomas diferentes, al igual que el correo 016-online@igualdad.gob.es; también se presta atención mediante WhatsApp a través del número 600000016, y los menores pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10.
En una situación de emergencia, se puede llamar al 112 o a los teléfonos de la Policía Nacional (091) y de la Guardia Civil (062) y en caso de no poder llamar se puede recurrir a la aplicación ALERTCOPS, desde la que se envía una señal de alerta a la Policía con geolocalización.
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