Desde el inicio del verano, la Comunidad de Madrid ha sufrido varios episodios de temperaturas extremas, con valores que han rebasado la barrera de los 40ºC. Estas temperaturas asfixiantes se ven acentuadas en las grandes urbes, como es el caso de la capital, donde es habitual encontrarse con el fenómeno conocido como 'efecto isla de calor'.
Sin embargo, la ciudad alberga espacios como el Retiro, Recoletos o el Paseo del Prado en los que no es difícil descubrir árboles catalogados como 'singulares' y que forman parte del patrimonio de los madrileños por sus características extraordinarias.
En concreto, Madrid cuenta con un total de 61 ejemplares catalogados como Árboles Singulares, aglutinando casi una cuarta parte del total de la Comunidad. La mayoría pueden encontrarse donde la Realeza tuvo sus posesiones más preciadas, como Aranjuez o El Escorial, aunque también es posible tropezar con ellos en distintas zonas de la capital.
Así, madrileños y visitantes pueden encontrar árboles con la categoría de auténticos monumentos sin salir de la ciudad, como es el caso del Pino Carrasco de La Rosaleda, en el parque del Retiro, que destaca por sus 35 metros de altura.
El Paseo de Recoletos es desde el siglo XIX una de las principales arterias del centro de Madrid a modo de prolongación del Salón del Prado, que comprende el eje viario entre la Plaza de Cibeles y la de Colón. En este bulevar se alojan grandes edificios como la Biblioteca Nacional y el Museo Arqueológico, así como numerosos palacios reconvertidos en importantes centros culturales.
En este paseo se pueden encontrar tres árboles catalogados como 'singulares': dos Butias de 120 años que alcanzan los 8 metros de altura y una Palmera Canaria centenaria de 14 metros en el jardín del Palacio del Marqués de Elduayen.
La siguiente parada, el Paseo del Prado, extiende el Paisaje de la Luz hasta los Jardines del Buen Retiro entre edificios monumentales y árboles centenarios. Desde el 25 de julio de 2021 es reconocido como Patrimonio Mundial de la Unesco.
A lo largo del recorrido, se suceden algunos de los museos y espacios culturales más destacados de Madrid, como el del Prado, el Thyssen Bornemisza, CaixaForum Madrid o el Real Jardín Botánico, así como importantes muestras arquitectónicas y artísticas de la ciudad.
En la parte sur de la Plaza de la Lealtad, frente al Hotel Ritz, se alza un Madroño centenario, símbolo junto al oso de la ciudad de Madrid. Existen distintas teorías sobre por qué se eligieron estos elementos, aunque algunas apuntan a que los madroños abundaban en las afueras de la ciudad en la Edad Media.
A continuación, llegando a los jardines del Museo del Prado, donde se encuentra instalado el monumento a Velázquez, destaca un Cedro del Líbano que lleva la friolera de 232 años dando sombra en este punto con sus 26 metros de altura.
Haciendo esquina con la Plaza Murillo no pasa desapercibido un Almez de 25 metros de altura con 140 años en su tronco. Este árbol recibe otros nombres a lo largo de la geografía española, tales como Latonero, Lledoner, Ojaranzo o Bolero.
También en la plaza Murillo y antes de adentrarse en el Parque del Retiro merece la pena fotografiar su Picea del Himalaya. Este ejemplar cuenta con 140 años de edad y una altura de 22 metros. El enclave en el que se encuentra debe su nombre al maestro del Barroco Bartolomé Esteban Murillo, cuyas obras se exponen en el interior del Prado.
Los árboles de sombra producen numerosos beneficios en las ciudades. Entre otros absorben los gases contaminantes y devuelven oxígeno a la atmósfera, bajan la temperatura del asfalto entre 2 y 8 grados centígrados y evitan la evaporación del agua de riego.
Con 125 hectáreas y más de 15.000 árboles, en el parque del Retiro destaca como 'singular' el Ciprés Calvo del estanque del Palacio de Cristal, la única especie de conífera que puede vivir en zonas inundadas.
El Retiro también es el hogar de uno de los árboles más antiguos de Madrid, con una edad aproximada de 360 años. De gran porte, el Ahuehuete del Parterre Francés recibe el apodo de 'Candelabro' por estar ramificado casi desde la base y contar con numerosas ramas ascendentes que lo asemejan a ese objeto.
Este ejemplar se encuentra en la histórica puerta de Felipe IV, frente al Casón del Buen Retiro. La especie es originaria de México y, dada su antigüedad, se cree que las semillas debieron llegar hacia el siglo XVII, cuando España aún estaba presente en América.
Otros árboles centenarios 'singulares' que se pueden encontrar en el parque y en los que merece pararse son el Arce Plateado de los Jardines de Cecilio Rodríguez; el cedro junto al monumento del General Martínez Campos; el Eucalipto Azul al norte del parque; la Palmera de Fortune, muy cerca de la plaza del Ángel Caído; y, finalmente, el Tejo del Palacio de Velázquez del Retiro.
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