Una menor ha relatado a través de una prueba preconstituida exhibida en un juicio celebrado esta mañana en Madrid cómo su tío y cuidador durante al menos dos años la sometió a tocamientos y violaciones, episodios violentos que arrancaron cuando tenía 10 años y que el procesado los presentaba como "un juego" para enseñar a la niña cómo era la reproducción entre personas ante su curiosidad por esta cuestión.
Guillermo, de 37 años y en prisión preventiva, se enfrenta a una petición fiscal de quince años de cárcel por un delito continuado de agresión sexual. La acusación particular eleva la pena al reclamar además de quince años de cárcel por las violaciones, cinco años por un delito de lesiones y otros dos por amenazas.
En su declaración, el acusado ha negado que agrediera sexualmente a la menor y que la exhibiera vídeos de contenido pornográfico cuando se encontraba a solas con ella.
Además, vincula la acusación a los conflictos que tenía con los abuelos de la niña, ya que sostiene que solía enfadarse con la madre de la víctima porque se negaba a cuidar a su hermano hasta altas horas de la madrugada. "Los abuelos y la madre me tienen manía", ha dicho.
La Sala ha exhibido la prueba preconstiuida de la menor en la que se muestra su declaración, donde relata cómo le contó al médico a raíz de una infección por contagio sexual lo que le hacía su tío. "Al principio parecía un juego, pero cuando me di cuenta de que iba a más intenté pararlo pero ya me amenazaba con tirarme del pelo y me decía que si se lo contaba a alguien, nadie me iba a creer porque dirían que era una mentirosa", señala la menor, quien sostiene que le mostraba vídeos pornográficos.
La madre se enteró lo que le pasaba a su hija porque le avisó el médico, que también alertó a la Policía. La niña quedó ingresada durante tres días en el hospital. "No noté nada raro entre ellos. Mi hija me contó lo que había sucedido a partir de que buscara en Internet cómo se reproducían las personas y este señor le dijo que si tenía curiosidad, se lo enseñaba. Todo empezó por ahí", ha narrado.
Según el fiscal, el procesado durante el período de tiempo comprendido al menos entre 2019 y el 31 de marzo de 2022, convivió en el domicilio, junto con su tío, conviviendo en dicho domicilio con la pareja del referido Osvaldo, junto con la nieta de ésta última y su madre, teniendo todos ellos una convivencia familiar.
El acusado aprovechando las ocasiones en que la menor se encontraba sola en su habitación del domicilio indicado y las ocasiones en que se encargaba de su cuidado, la sometía a tocamientos y violaciones.
En particular, la primera vez que sucedieron estos hechos, en un día no determinado del año 2019, el procesado, aprovechando que la menor no podía dormirse, la llevó a su cama y le puso una película con escenas sexuales. Tras ello, la sometió a tocamientos.
Igualmente, hasta en cuatro ocasiones el procesado introdujo sus dedos en la vagina de la menor, antes de que la misma cumpliera nueve años (el 28 de marzo de 2021), tumbándola en ocasiones de espaldas en la cama para realizar los hechos relatados.
A fin de poder realizar los hechos descritos y que la menor no contara nada a su madre ni a otros adultos, "el procesado le decía que dejara que la tocara y que le tocara a él, porque si no le iba a tirar del pelo y la iba a pegar, añadiendo, además, que nadie la iba a creer porque era una mentirosa".
Como consecuencia de estos hechos, la menor sufrió una infección por herpesvirus-I (VHS-1), acudiendo con su madre al Hospital Ramón y Cajal de Madrid el día 2 de abril de 2022, presentando lesiones papulovesiculosas en labios mayores y menores, alguna de ella arracimada y alguna erosionada, presentando el himen abierto y quedándole como secuela permanente la infección por herpes mencionada.
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