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Los dos jóvenes que fallecidos este viernes en un accidente de avioneta en las inmediaciones del pantano de San Juan, en la localidad madrileña de San Martín de Valdeiglesias, eran instructores de vuelo de una escuela de la capital.
Las dos personas que iban a bordo de la aeronave eran Eduardo R., de 27 años, y Elsa S., de 26, ambos trabajadores de la escuela de pilotos Aerotec, una de las pioneras en España y con sedes en Sevilla y Madrid.
En la capital están radicados en el aeródromo de Cuatro Vientos, desde donde los dos jóvenes despegaron la tarde del viernes a bordo de una avioneta que horas después se acabaría estrellando en las inmediaciones del Pantano de San Juan.
Así lo ha confirmado la propia escuela en un comunicado difundido en sus redes sociales, en el que expresan su pésame a los familiares y amigos de los fallecidos de Eduardo y Elsa, "nuestros dos instructores de vuelo fallecidos este pasado viernes 31 de mayo al estrellarse su aeronave en las inmediaciones del pantano de San Juan".
"Hasta que conozcamos los detalles completos de la investigación, tan sólo nos queda estar al lado de sus allegados y transmitirles todo el apoyo de nuestra dirección y trabajadores", ha agregado Aerotec.
Tanto la Guardia Civil como la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (CIAIAC), dependiente del Ministerio de Transportes, continúan investigando las causas del accidente mortal y este sábado seguían trabajando en el lugar del accidente.
Estaban tratando de recuperar todas las piezas de la aeronave, que quedaron desperdigadas por una zona boscosa y de difícil acceso, han informado a EFE fuentes del instituto armado.
Mientras los agentes de Policía Judicial de la Comandancia de Madrid se encargan de la investigación propiamente judicial, que ha recaído sobre un juzgado de instrucción de Navalcarnero, los inspectores del CIAIAC han asumido la responsabilidad de determinar las causas del accidente, que por el momento se desconocen.
Fue sobre las 18:00 horas del viernes cuando la aeronave tripulada por los dos jóvenes cayó en picado en la zona del cerro de San Esteban, provocando un pequeño incendio forestal.
Hasta allí se desplazaron los bomberos de la Comunidad de Madrid -unidades terrestres, helitransportadas y un helicóptero del Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA)- y los sanitarios del Summa 112.
Un grupo de bomberos lograron descender por el cerro y controlar las llamas, que fueron finalmente extinguidas pasadas casi cuatro horas del accidente.
Los especialistas del GERA lograron llegar hasta los cuerpos sin vida de los dos instructores, por cuyas vidas los sanitarios no pudieron hacer nada.
Los cuerpos fueron custodiados por los bomberos hasta la llegada del juez de guardia, que procedió a su levantamiento, y de los servicios funerarios
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