Despedida una limpiadora de 61 años de un colegio de Madrid por bailar en TikTok con la mopa y el uniforme
La empresa considera que perjudica gravemente su imagen
"Si ellos me hubiesen venido con una amonestación, no lo hubiese hecho más, pero no recibí nada de eso antes"
Su marido también está en el paro y han devuelto todos los recibos de este mes sin pagar
La empresa para la que trabajaba Maika Cabrera, empleada de la limpieza y usuaria de TikTok, ha despedido a esta mujer de 61 años argumentando que subía vídeos a la red social “bailando con el uniforme y la mopa en la mano” mientras limpiaba en el centro escolar. La entidad asegura que los vídeos arrojan mala imagen contra la contrata de servicios.
Maika llevaba 6 años limpiando en el colegio público Ghandi, en Ciudad Lineal. El pasado 1 de marzo la habían subrogado de otra mercantil, con un contrato de fija discontinua a tiempo parcial, ahora con Serveo, con antigüedad de 2009. Hasta que el lunes 22 de abril recibió el despido disciplinario y fulminante.
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En la carta justifican el despido con capturas de sus vídeos y descripciones de sus 'post' en su cuenta de la red social: "Con fecha de 12 de marzo de 2024, la dirección de esta empresa ha tenido conocimiento de que ha subido una serie de vídeos a TikTok en los que aparece usted con el uniforme de trabajo puesto, en los que usted incurre en una serie de hechos de tal gravedad, que esta empresa no puede tolerar". Refieren unas imágenes del 7 de marzo, «bailando con la mopa en la mano» y con el siguiente texto: "Motivándome para empezar a currar, y para enseñaros mi nuevo uniforme. Vamos, el sábado por la noche me lo pongo para irme de fiesta, jajaja".
Otro ejemplo que aparece como justificación del despido es un vídeo donde aparece "andando de puntillas y sin calzado, de forma burlona" con la leyenda: "Investigando que no haya nadie para que no me pillen haciendo TikTok". La empresa reprocha que grabe las imágenes con el uniforme puesto. Además, también les incomoda lo que escribe: "Así, que se me vea bien el plumero, que voy con alegría y salero" o "Se me revuelven las vibras con este temazo; a celebrar la primavera y que ya estoy de vacas".
La empresa considera que perjudica su imagen
Los jefes consideran que "numerosos usuarios al ver su uniforme y el nombre de la compañía identifican a la empresa y así lo mencionan en sus comentarios, perjudicando gravemente su imagen". También adjuntan en el despido capturas de esos 'post', según publican medios como ABC.
Maika, que se ha puesto en manos del bufete Paredes Abogados, asegura que la empresa no se ha portado bien con ella: "No he hecho mal mi trabajo ni ha habido quejas. El mismo encargado de la otra empresa es subrogado como yo y él vino a presentarme al nuevo encargado. Estaba limpiando, sacó el teléfono y me mostró un vídeo mío con mi nuevo uniforme. Se echó a reír cuando le dije que si me había buscado en TikTok. 'Me encantan tus vídeos, pero mira que si te ve el jefe…'", asegura que fue lo único que supo el 12 de marzo sobre el asunto, sin que lo entendiera como una queja explícita sobre los vídeos que estaba subiendo a la red.
Por su parte, Serveo confirma que ese día dos superiores le advirtieron de que la compañía tenía conocimiento de esos vídeos y que le dijeron que estaba totalmente prohibido que los grabara con el uniforme puesto.
"Aunque vean vídeos, yo trabajo mucho"
La trabajadora defiende que el trabajo y esa afición no son incompatibles: "Aunque vean vídeos, yo trabajo mucho. Solo hay que ir al colegio y preguntar a las profesoras, al conserje y a la directora, y que digan cómo soy yo". Justifica que no pierde tiempo de su jornada laboral para realizarlos: "Tengo mi tiempo de desayuno, antes de tomarme el café. No gasto ni un minuto en grabarlos, porque los voy pensando en la hora de trayecto que tengo en el metro desde casa al colegio. También los hacía cuando iba a recoger todo, porque se ven las clases vacías".
Además, asegura que no no lo hacía a diario: "Lo hacía para animar. Soy una persona muy alegre y divertida. El día del despido vine llorando desde el colegio a mi casa. No me lo esperaba. Yo pienso que si ellos me hubiesen venido con una amonestación, no lo hubiese hecho más, pero no recibí nada de eso antes. A mí los vídeos no me dan de comer; me da de comer mi trabajo. Jamás me he metido con el jefe".
Su marido también está en el paro
Ahora se encuentra sin trabajo y su marido está en el paro también. "No le cogen en tres entrevistas a las que ha ido porque dicen que quieren a gente más joven. Tenemos un hijo de 23 años que vive en casa con nosotros y nos echa una mano. Todavía no me han pagado el finiquito. Todos los recibos de este mes los tengo devueltos sin pagar".
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