Entre los rincones de Madrid se esconde un espacio curioso y desconocido para muchos bajo uno de los túneles de la M30. La capilla de Santo Domingo de la Calzada, también llamada capilla del Puente, que fue construida en 1978.
Un espacio de culto, en el que se celebran misas diariamente y que está situado en la prestigiosa zona residencial de Puerta de Hierro, en el cruce con la Avenida de Fuentelarreyna con la Calle Arroyofresno.
La idea de esta capilla surgió por la necesidad de dotar de una iglesia de culto a la zona donde se ubica. La falta de recursos para acometer la construcción de una iglesia convencional de mayor tamaño, así como las inminentes necesidades de los feligreses dieron paso a que se habilitará un espacio provisional, como ocurre en ocasiones.
Así, se construyó esta capilla en 1977 y desde entonces permanece abierta al público. Primero, como sede provisional de la Parroquia del Bautismo del Señor y, una vez construida la iglesia definitiva, como capilla de Santo Domingo de la Calzada, conocido principalmente por ser el impulsor del Camino de Santiago.
El hecho singular de la capilla es que se aprovechara el ojo de un puente para su habilitación. Un espacio de 35 metros de largo que forma un cañón de medio punto de 4,5 m de radio.
A dicho espacio sólo se le añadieron las instalaciones básicas de suministros, dos cierres, anterior y posterior, de mampostería de ladrillo enlucido y vidrieras abstractas y una solera de terrazo. Se dejó el hormigón visto y tan solo pintado.
Este interior, abovedado y corrido en toda su longitud, y el hecho de que apenas contaba con iluminación natural, a lo cual se le añade el estar bajo la vía pública, confiere a esta capilla un cierto aspecto de catacumba, y transporta al visitante directamente a las celebraciones litúrgicas clandestinas de los primeros cristianos en Roma.
Por otro lado, el hecho de que el puente corta una zona residencial o un barrio en dos, provocó que se diese acceso a la iglesia por ambas caras del túnel. De esta forma, los feligreses de uno y otro lado no tenían que dar un amplio rodeo. Debido a esta configuración, se optó por situar el altar en un punto interior, en lugar de adosado a la pared de fondo como es habitual.
Cuando entró en uso la M30 comenzaron los problemas de filtraciones y humedades en la capilla, estuvieron a punto de acabar con su cierre. Sin embargo, se decidió acometer una reforma consistente en una rehabilitación profunda interior.
El proyecto se llevó a cabo con la realización de una cubierta interior que esconde un drenaje de aguas, que son canalizadas a cuatro pozos de desagüe.
Actualmente la capilla, presenta un aspecto moderno y armonioso y sigue dedicada al culto. Un espacio para visitar como uno de los edificios más emblemáticos de Madrid.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.