"Madrid está viviendo o puede vivir una época dorada en cuanto a grandes proyectos. Hemos visto cómo se ha anunciado el Gran Premio de Fórmula 1. Pero además tenemos un Mundial en 2030", recuerda Javier Ruedas, piloto de vocación.
Cree que a la capital española le hace falta un segundo aeropuerto también. Junto a otros empresarios e inversores nacionales e internacionales, él es el principal impulsor de Air City Madrid Sur, que cubriría esa necesidad.
En declaraciones a EFE, el consejero delegado de este proyecto ha hablado de por qué es importante esta infraestructura, dónde se ubicaría y cómo sería. La idea es que alivie al Adolfo Suárez Madrid-Barajas, mejore la conectividad aérea en la comunidad, garantice el crecimiento del sector y la demanda ciudadana.
Se pondría en funcionamiento sobre la ampliación del actual aeródromo de Casarrubios-El Álamo, en Toledo, pero justo en la frontera con Castilla-La Mancha. Es decir, a poco más de 30 kilómetros de Madrid capital, al suroeste de la región.
El proyecto lleva ya unos años tratando de convencer a políticos, empresarios y ciudadanos para que se haga realidad. "España es el único país moderno en cuya capital hay un único gran aeropuerto. Londres cuenta con seis y París tiene cuatro", compara Ruedas.
En enero, las patronales de Madrid y Toledo ya conocieron el potencial de Air City Madrid Sur. Su consejero delegado prevé que en las próximas décadas vamos a asistir a "una mayor revolución aún" en el sector de la aviación.
Sobre todo, porque se va a multiplicar prácticamente por dos la demanda de la clase turista por la emergencia principalmente del mercado asiático. Además, alerta de que la concentración actual que sufre Madrid-Barajas le está impidiendo crecer a nivel internacional.
Quedando así a rebufo de Barcelona, que "actualmente tiene en torno a 95 destinos dentro de Europa" cuando "Madrid apenas llega a 70". "El Prat se está planteando ser un gran hub de referencia y me parece fenomenal que quieran apostar por ese mercado desde AENA y desde el Gobierno de la Generalitat", apunta.
"Pero Madrid no se puede quedar atrás", advierte al respecto. La capital catalana cuenta con dos aeropuertos a menos de una hora: en Reus y Girona. Van dirigidos "a ese mercado de corto alcance que no es tan competitivo para grandes 'hubs', mientras van a potenciar El Prat a nivel internacional".
Y Ruedas cree que en la Comunidad de Madrid se "adolece de otra gran infraestructura secundaria". Por tanto, reitera la gran oportunidad que representa el aeródromo privado de Casarrubios, que tiene acceso a vías de comunicación de alta ocupación.
Está pegado a la autovía A-5 y también a la Radial-5, que está actualmente infrautilizada e incluso quebrada. "No existe alternativa mejor que ésta, tras los estudios que hemos hecho", asegura el piloto.
Calcula que se podría ampliar en unos 60 nuevos destinos directos la oferta de cara al ciudadano madrileño para poder disponer "de un mayor abanico de posibilidades". El proyecto contempla construir una pista principal de 3.200 metros de longitud.
"La tendríamos para satisfacer la demanda de aviación de corto alcance, que no se está desarrollando en Barajas, principalmente en el ámbito intraeuropeo y la carga". Además, se adaptaría una pista secundaria de 1.500 metros para vuelos generales o ejecutivos, así como para formación y adiestramiento de pilotos.
Otra actuación que se ha planteado al propio Ministerio de Transportes es la posibilidad de llevar el tren de Cercanías hasta la misma terminal del futuro aeropuerto, aprovechando el fallido tren que iba a unir Móstoles con Navalcarnero.
Aunque lleva paralizada desde el año 2015, esta infraestructura "está al 50 % de su ejecución", recuerda Ruedas, quien ha detallado que están "a expensas de que el Ministerio tome una decisión para ser el detonante o dar un espaldarazo al proyecto".
Uno que "apoyan tanto la Comunidad de Madrid como la de Castilla-La Mancha", recalca. El consejero delegado de Air City Madrid Sur está convencido de que es el momento de apostar por este segundo aeropuerto, que estaría listo "en cuatro o cuatro años y medio"
Cuenta con "una previsión de diez millones de pasajeros en sus primeros diez años, y una oferta de entre 40 y 60 destinos nuevos". A esto habría que sumar la creación de casi 63.000 puestos de trabajo entre empleo directo, indirecto e inducido y una inversión de 2.500 millones de euros.
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