Julián P., acusado de asesinar a su exmujer en el rellano del bloque de viviendas donde trabajaba, mantiene que la víctima le hacía "la vida imposible" y que el 2 de marzo de 2021 sufrió un arrebato después de que la mujer le diera con el palo de una fregona en la cabeza en el transcurso de una acalorada discusión. La Audiencia Provincial de Madrid ha iniciado el lunes 4 de diciembre el juicio contra Julián por un delito de asesinato. El fiscal y las acusaciones, que representan a los padres y a la Comunidad de Madrid, solicitan una pena de quince años de cárcel. Mari Carmen, de 46 años, murió sobre las 9.30 horas en el rellano del inmueble donde limpiaba las escaleras en la Avenida de la Constitución de Torrejón de Ardoz. Llevaba separada tres años y tenían dos hijos en común. El hombre la acosaba e iba a su puesto de trabajo, pero ella no quiso denunciar porque suponía dejar de ver a uno de sus hijos al tener la custodia el padre. Julián vivía en el mismo bloque de viviendas que Mari Carmen en casa de sus padres. El procesado fue detenido tras llamar a su hijo, quien condujo a los agentes de la Policía Nacional al punto concreto donde se encontraba su padre. El hombre tenía las manos ensangrentadas y una herida en la cabeza. "Pasa lo que ha tenido que pasar. La he matado. Cuida de tu hermano", comentó entonces el detenido a los policías y a su hijo. El jurado popular tendrá que determinar las circunstancias que rodearon el crimen ante los relatos dispares del acusado, que reconoce que la apuñaló, y las acusaciones. El acusado declarará al final de la prueba testifical pero su abogada ha adelantado que pedirá perdón por el crimen. El fiscal mantiene que el procesado no aceptó la ruptura del matrimonio y que la mujer hubiera iniciado una relación con otra persona. Frente a ello, la defensa plantea al tribunal que se aprecie una eximente completa y se le absuelva de responsabilidad penal al sufrir un trastorno depresivo. Según la letrada, su cliente no tenía intención de matar a la mujer porque solo quería hablar con ella por la decisión de su hijo pequeño de dejar el instituto, algo que al parecer permitía la madre. Además, ha comentado que su patrocinado sufría supuestos malos tratos a manos de la víctima y que no tiene un perfil violento. Tras el crimen, el asesino confeso llamó a uno de sus hijos, al trabajo y a la Policía. Los agentes han relatado que el hombre les contó que había comprado un cuchillo antes de ir a "pedir explicaciones" a su mujer porque iba comentando que "le quería ver dentro" sin detallar donde. Tras ser detenido, manifestó a los policías que su exmujer le golpeó con el palo de una fregona en la cabeza y él reaccionó apuñalándola en el corazón. Dejó el arma homicida en el lugar de los hechos. "Durante su custodia, tuvo diferentes fases emocionales. Dijo que la tenia que matar porque estaba harto y que la víctima le acosaba y le hacía la vida imposible", ha apuntado el policía que trasladó al hombre de la comisaría de Torrejón a la Jefatura Superior de Policía de Madrid. La madre de la fallecida ha narrado que a raíz del divorcio la relación era "buena" porque su hija no quería problemas con él. "Julián le pidió volver y mi hija le dijo que no", ha señalado indicando que poco antes del crimen había empezado a salir con otro chico. El día de la muerte, estaba haciendo la comida para su hija y se enteró por sus vecinas. Fue atendida por los sanitarios y psicólogos del Samur- Protección Civil. Según la testigo, el acusado solía seguir a su hija y ésta no le quiso denunciar para evitar no poder ver a uno de sus hijos que vivía con él. Además, ha contado que uno de sus nietos le dijo a su padre que matara a su madre tras una discusión. La sobrina de la fallecida ha narrado que su tía quería volver con ella y que le solía acosar por la calle. "Una vez le dijo que qué buena se estaba poniendo tras el divorcio", ha comentado la joven al tribunal. El escrito de acusación, el fiscal señala que J. P. A., que permanece en prisión por estos hechos desde el 4 de marzo de 2021, había acudido dos días antes a la vivienda de Torrejón de Ardoz donde residía M. C. M. V. "con el ánimo de acaba con su vida". Una vez que el acusado llegó sobre las 9.30 horas al rellano de la cuarta planta del edificio y, "sin que mediara previa discusión o palabra alguna", le asestó 12 puñaladas en zonas vitales del cuerpo que le provocaron la muerte. La Fiscalía atribuye este asesinato a un acto de "dominación" y "desprecio" hacia la víctima por el mero hecho de ser mujer "ya que nunca aceptó la ruptura de la relación ni que la mujer pudiese mantener nuevas relaciones sentimentales". En el momento de los hechos los hijos de la pareja tenían 16 y 20 años, respectivamente. Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.