El pasado junio el Ayuntamiento de Madrid registró su primer aviso sobre la presencia de chinches en Madrid pero, cuatro meses después, Lavapiés y Puente de Vallecas ya son los barrios más afectados por la presencia de estos insectos. Ambos distritos viven un notable aumento de las incidencias, a pesar de que se han detectado amenazas en otros puntos de la capital.
El último aviso remitido a los servicios municipales se registró ayer en el distrito de Puente de Vallecas, evidenciando así un problema que "no entiende ni de renta ni de clase social", según explican trabajadores expertos en la gestión de estas plagas al periódico El Mundo. Diario que, además, recoge que la secretaria de un ex presidente de Gobierno lleva un mes sin pisar su propia casa debido a la presencia de las chinches.
La multinacional Anticimex indica que las chinches se han incrementado un 71% durante los primeros meses de 2023 en comparación con el mismo período del año anterior, siendo la Comunidad de Madrid, la que encabeza la lista de comunidades autónomas con mayor número de avisos registrados. De todos modos, desde el gobierno de la Comunidad de Madrid subrayan a El Mundo que "a día de hoy no está dando problema alguno en la región", aunque también indican que no cuentan con datos oficiales sobre la posible plaga.
Del mismo modo, el Consistorio asegura que en la capital “no se está produciendo un repunte”. Sin embargo, los trabajadores municipales encargados también apuntan a que las estadísticas están “infrarrepresentadas” porque la mayoría de la gente no los avisa "por vergüenza, pudor o porque mucha gente intenta solucionar el problema por sí misma". Por suerte, estos especialistas afirman que Madrid está lejos de la situación que padece París, ciudad pionera sobre el tema de las chinches y añaden que, a diferencia de Francia, “los asientos del Metro de Madrid no son de tela".
Entre los lugares donde suelen aparecer con más frecuencia en nuestro país se encuentran los centros hospitalarios, y según informa El Confidencial, el Hospital Universitario Perpetuo Socorro de Albacete y el Hospital Civil de Málaga detectaron plagas este pasado mes de agosto. Mientras que el Virgen del Rocío en Sevilla o el Hospital Clínico de Valencia tuvieron que cerrar algunas dependencias hace un año por el mismo motivo. De todos modos, son los habitantes de París los que más se están quejando de la presencia de estos parásitos.
La buena noticia reside en que, aunque la picadura es molesta, hasta el momento no se relaciona con enfermedades humanas y, salvo alguna reacción alérgica, no provoca patologías graves. Sin embargo, una vez que las chinches se instalan en una casa, es muy difícil eliminarlas. Estos pequeños parásitos pueden esconderse con nosotros, entre las ropas y las maletas, incluso cuando se vacían las habitaciones.
Además, Javier Lucientes, catedrático de Parasitología de la Universidad de Zaragoza ha señalado a El Confidencial que “pueden estar mucho tiempo sin alimentarse, casi un año”, o que, incluso, pueden recurrir a picar a otros animales. De modo que, las mudanzas o el transporte de muebles o prendas de ropa pueden favorecer la expansión de estos parásitos.
“Si te quedas dormido en el sofá, te van a buscar”, apunta Javier Lucientes, “porque son capaces de guiarse por el CO₂ o por el calor que desprendemos”. Así que, en realidad, estos parásitos son capaces de unirse a nosotros. No solo para alimentarse, sino también para propagarse, la mayor parte de las veces de forma inadvertida. Para evitarlos, Lucientes recomienda que, a la hora de viajar y tener estancia en los hoteles, se deje la ropa en la maleta cerrada. Ahora la pregunta es qué está ocurriendo para que estos insectos se propaguen con tanta facilidad a pesar de todas nuestras medidas de higiene.
El 11% de los hogares franceses estaría afectado por estos insectos, según calculan las autoridades sanitarias del país y publica El Confidencial, quienes recogen, además, que la región presidida por Emmanuel Macron dice gastar unos 230 millones de euros anuales en desinfecciones, donde ni Marsella, ni Lyon, ni Burdeos se salvan de las estadísticas.
Nuestros vecinos franceses tampoco tratan de paliar la polémica y lanzan teorías conspiranoicas que atribuyen la propagación de los chinches a un siniestro personaje que dice odiar Francia y que amenaza en redes sociales con enviar a los insectos por correo. Mientras que algunos sectores de la extrema derecha han aprovechado la ocasión para culpar a los inmigrantes de traerlos de su país de origen. Todo esta polémica, a pocos meses de la celebración de los Juegos Olímpicos.