Un cartel en el escaparate de la tienda avanza la noticia: "30-50% liquidación por cese de actividad". Pedro Muñoz, la emblemática sastrería de la calle Serrano, baja la persiana para siempre. La fecha escogida para poner punto y final a la historia de este negocio será el 28 de febrero de 2023, después de 60 años dedicados a la costura y confección de prendas de ropa a medida en Madrid.
Infinidad de trajes, americanas, pantalones y camisas a medida han salido de esta sastrería familiar madrileña. Abrió sus puertas en 1962, cuando el maestro de la sastrería Pedro Muñoz eligió una de las esquinas más icónicas de la zona comercial de Madrid para abrir su negocio: la calle Serrano con Ortega y Gasset.
Tardó poco en convertirse en un local de referencia dedicado al culto de la alta moda masculina. "Por aquí han pasado presidentes de países, premios nobeles, personajes del espectáculo y grandes fortunas", explica a NIUS Álvaro Muñoz, hijo del fundador del negocio y ahora actual propietario junto a su hermano Javier.
Aunque Muñoz prefiere no dar ningún nombre para preservar la intimidad de sus clientes, reconoce que su tienda "ha tenido una clientela que es imposible de mejorar".
"Muchos han venido expresamente a Madrid para vestirse en la sastrería". Clientes de todas partes del mundo y con el gusto más exquisito y selecto: "En nuestro vocabulario el 'no tengo, no hay' no ha existido nunca", admite el propietario. "Nos hemos desvivido por intentar conseguir las peticiones más difíciles y lo hemos logrado en un 90% de las ocasiones".
El trato con los clientes o la calidad de los productos. Quizás fueron ambas cosas las que situaron a esta sastrería en lo más alto de la alta costura masculina, pese a la evolución del sector comercial, cada vez con más cadenas y un trato más impersonal: "Quizás seamos un poco arcaicos, ya no se lleva tratar a la clientela de usted, es nuestra manera de ser y de hacer las cosas".
La sastrería Pedro Muñoz ha resistido 60 años en "la mejor esquina de Madrid", viendo cómo los escaparates vecinos iban reabriendo convertidos en cadenas comerciales. "Dejamos a un sector de la población un poco huérfano", reconoce Álvaro Muñoz en referencia al cierre definitivo del negocio. "A nuestros clientes les da mucha pena y nos preguntan dónde van a ir a vestirse ahora".
Desde hace unos días, la sorpresa de los clientes cuando pasan por delante de la sastrería es mayúscula. También porque es la primera vez que el establecimiento anuncia una rebaja en sus productos, en este caso, por fuerza mayor: "Jamás hemos hecho unas rebajas o un descuento".
La sastrería no ha hecho nunca rebajas porque "se ha tenido mucho respeto por el producto y por el cliente". Esta es una de las máximas de la sastrería y, según Muñoz, a los clientes les encanta que así sea: "Si usted compra un vestido de 500 euros a principios de temporada y en las rebajas le vale 150, se sentiría bastante mal".
"Las rebajas son un negocio". El producto que se encuentra en época de rebajas no es de temporada y los estándares de calidad no son los habituales, sentencia Muñoz.
Pedro Muñoz nunca hizo rebajas y nunca necesitó hacerlas. Sus clientes sabían muy bien lo que iban a buscar y, sobre todo, lo que iban a encontrar al cruzar esa puerta de la calle Serrano.