Cada 22 de diciembre, las voces de los niños y niñas del Colegio de San Ildefonso resuenan en los hogares españoles anunciando los premios del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Esta tradición se remonta al año 1771, antes incluso del nacimiento de la Lotería de Navidad en el año 1812. Fue el 9 de marzo cuando un estudiante del colegio San Ildefonso, llamado Diego López, fue el primero en entonar los números de la lotería, aunque fuera un sorteo ‘normal’.

Desde entonces la figura de los niños de San Ildefonso no solo se ha convertido en un símbolo de esperanza y alegría para los participantes, sino también en una fuente de apoyo económico y educativo para esta histórica institución.

El Colegio de San Ildefonso, con más de cuatro siglos de historia a sus espaldas, está estrechamente vinculado a la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE). Cada año, ambas entidades renuevan su convenio de colaboración, que establece una aportación económica significativa al colegio por su participación en el sorteo. Según fuentes recientes, esta cifra asciende a 350.000 euros anuales.

Este aporte económico tiene un objetivo claro: mejorar las condiciones educativas y sociales de los estudiantes. Los fondos se utilizan para otorgar becas y ayudas económicas que facilitan la continuidad educativa de los alumnos, muchos de los cuales provienen de familias en situaciones de vulnerabilidad. Además, esta aportación permite la mejora de infraestructuras y la adquisición de recursos que garantizan un entorno escolar óptimo. 

El Colegio de San Ildefonso es una institución pública que funciona como residencia-internado y centro educativo. Bajo la gestión del Ayuntamiento de Madrid, acoge a alrededor de 60 menores durante el curso escolar, proporcionando educación, alojamiento y atención integral. Este modelo permite a los niños y niñas desarrollar habilidades académicas y personales en un entorno seguro y enriquecedor. 

La participación de estos jóvenes en la Lotería de Navidad es mucho más que un acto simbólico para estos. Representa una oportunidad para mostrar al público el talento y la dedicación de los jóvenes, al tiempo que se contribuye de manera tangible al sostenimiento de la institución. Esta relación permite que el colegio mantenga su legado histórico mientras se adapta a las necesidades contemporáneas.

No todos los alumnos del Colegio de San Ildefonso participan en el sorteo. La selección de los niños cantores es un proceso riguroso que tiene en cuenta su edad, dicción y capacidad para cantar los números y premios con la entonación característica del sorteo. Los participantes deben tener al menos ocho años, y su preparación comienza en el mes de octubre.

Durante semanas, los niños ensayan en un ambiente que combina disciplina y entusiasmo. Además de practicar el canto de los números, se les instruye sobre el significado y la importancia de su participación. Esta preparación no solo asegura que el sorteo se desarrolle de manera impecable, sino que también fomenta habilidades como el trabajo en equipo, la disciplina y la confianza en sí mismos.

La visibilidad que ofrece la participación en el Sorteo de Navidad tiene un impacto positivo tanto en los niños como en el propio colegio. Para los jóvenes, representa una experiencia única que fomenta su desarrollo personal y les otorga una plataforma para destacar. Para la institución, los ingresos provenientes de SELAE son esenciales para garantizar su funcionamiento y para mejorar continuamente los servicios que ofrece.

El compromiso del Colegio de San Ildefonso con la educación y el desarrollo de los niños en situación de vulnerabilidad ha sido una constante a lo largo de los años. La Lotería de Navidad se presenta como una herramienta poderosa para sostener esta misión, permitiendo que la institución siga desempeñando su papel crucial en la sociedad.