Jesús Ibáñez es un lotero almeriense que nació el pasado mes de octubre, a pesar de que su documento de identidad señale que tiene 51 años. Porque por mucho que haya vivido, lo de estos últimos meses ha sido un verdadero regalo: "Me han salvado la vida".
Esos héroes, o "Ángeles de la Guarda", como él los llama, son los profesionales sanitarios de los hospitales Torrecárdenas de Almería y del Universitario de Granada. Al primero llegó Jesús con un grave problema coronario que intentaron solucionar con un cateterismo, que no salió bien. Al segundo, el de Granada, tuvo que ser trasladado de urgencias para someterse a una operación de triple bypass de corazón. Su vida corría peligro, pero salió adelante.
De ambos hospitales, este agradecido lotero se queda con el trato recibido: "Que son profesionales lo sabemos todos, pero la humanidad con la que me han tratado no se aprende en la universidades", dice emocionado.
El cariño que recibió mientras se debatía entra la vida y la muerte en una cama de la UCI, le llevó a pensar allí mismo que quería tener un detalle con toda esa gente que le rodeaba: médicos, enfermeros, celadores, auxiliares... Así que en cuanto que pudo regresar a la Administración de Lotería número 13 de Almería, que él mismo regenta, cogió un número y lo guardó.
El número 08833 llevaba en un cajón desde febrero (su destino iba a ser otro que más tarde nos explicaría) y rápidamente fue a sacarlo. No los ha vendido, porque los ha regalado. 40 décimos de ese número están en manos de los sanitarios que le salvaron. 20 para cada hospital: "El trabajo que hacen no tiene precio, la forma en la que me han tratado tampoco, se lo merecen".
Porque si la suerte les acompaña, "yo creo en la suerte como buen lotero que soy", este almeriense ha podido regalar ocho millones de euros a cada hospital. Reconoce que había números más bonitos, pero que el elegido tenía algo especial. O al menos ahora lo tiene.
No es la primera vez que Jesús Ibáñez reparte desinteresadamente algo de su suerte. Desde hace unos años, cada Navidad esconde décimos en su barrio, metidos en sobres rojos, para que sus vecinos los encuentren.
Es exactamente para esto para lo que había guardado el número, que ahora tienen los sanitarios. Este año no se encontraba con fuerzas para realizar ese juego de la fortuna, "casi no he aparecido por la administración en toda la campaña", pero esos décimos tenían un objetivo aún reconfortante.
Hace solo una semana que "La Trece" de Almería repartió el primer premio del sorteo nacional, y sin ir más lejos, el año pasado, dio el Gordo de la Navidad. A Jesús ya le ha tocado su particular lotería, el premio entre los premios: su propia vida. Y ha sido gracias a los sanitarios.
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