Cada 22 de diciembre, la lotería de Navidad reparte suerte. Todos los que tienen en su poder un boleto, se mantienen al tanto del sorteo, porque los premios van saliendo durante todo el sorteo, esto hace que se pueda conseguir un buen pellizco, incluso cuando no es el gordo el que coincide con el número jugado.
Este sorteo se ha convertido en toda una tradición a lo largo de sus más de doscientos años de historia y, gracias a ello, se han podido crear normas que despejan dudas en los participantes, también leyes que les protegen de las posibles trampas o trucos que se puedan hacer.
Por ejemplo, encontrarse un décimo puede parecer un golpe de suerte, sin embargo, la ley deja muy claro que esta suerte es relativa, pues lo que hay que hacer con él es devolverlo.
En muchos casos la respuesta a esta pregunta se plantea como una cuestión de responsabilidad o incluso una cuestión moral, no obstante la ley es clara al respecto, por lo que no tendría que haber dudas. Si nos encontramos un décimo que no nos pertenece, hay que devolverlo a su legítimo dueño.
Evidentemente, esto no siempre es sencillo, porque quien lo pierde no suele hacerlo con su nombre, dirección o número de teléfono apuntado en el décimo. La mejor solución y también la más sencilla es acudir a la Guardia Civil, Policía Nacional o al Juzgado de Guardia más cercano de donde ha sido encontrado y allí devolverlo, procesando un acuse de recibo.
Esto es esencial en caso de que el décimo sea premiado, por ejemplo, cuando lo encontramos después del sorteo. Si nadie lo reclama, en dos años quien lo ha encontrado será su legítimo propietario. En caso de tener tentaciones de cobrarlo como propio, existen casos en los que el propietario lo ha reclamado y quien lo cobró ha tenido que devolver el importe y hacerse cargo de las costas del juicio.
Además de estar actuando conforme a la legalidad, ser un buen samaritano tiene recompensa, pues según la normativa vigente, quien lo encuentre y lo devuelva, podrá recibir una bonificación del 10% del valor del premio, que será entregado por el propio dueño en caso de ser entregado en mano o por las autoridades que correspondan.
Esto no siempre es tarea sencilla, porque hay que dar todos los pasos anticipándonos a la posibilidad de perderlo. Lo mejor es, nada más comprar el décimo, realizar una fotocopia del mismo y también apuntar el número del DNI en el reverso. De este modo será más sencillo devolver el billete a su legítimo dueño.
Las administraciones de lotería también registran el momento de la compra, con fecha y hora, lo que hace más sencillo determinar quién ha comprado el billete y que vuelva a las manos de quien lo compró. Evidentemente, lo mejor es guardarlo muy bien y evitar perderlo, pero hacerse una fotografía con el número, apuntar tu nombre en el reverso o firmarlo, puede ser una buena manera de poder demostrar que ese décimo premiado te pertenece.