Solo una de las bolas que entran en el bombo el 22 de diciembre será el que se convierta en el Gordo, el primer premio de la Lotería de Navidad. Sin embargo, todo aquel que lo haya comprado se llevará una parte del premio, que será de 400.000 euros por décimo.
La Lotería de Navidad es un sorteo cargado de historia, de magia y de ilusión, incluso en una ocasión, el mentalista Anthony Blake fue capaz de adivinar el número ganador, un espectáculo que por supuesto tenía truco, que nunca ha querido revelar y que no hace que la historia sea menos emocionante.
A lo largo de la historia se han podido leer historias de gente que encuentra la manera de ‘hackear’ ciertos juegos, desplumar a algunos casinos e incluso conseguir ganar la lotería en varias ocasiones, incluso se han hecho películas al respecto, sin embargo, nadie parece tener la fórmula matemática que le haga ganar la lotería de Navidad.
El matemático Stefan Mandel ganó la lotería 14 veces. Creó y diseñó un algoritmo que le ayudaba a predecir los cinco primeros números de los seis que tenían que salir y de este modo, comprando los boletos adecuados, podían asegurarse ganar el premio. Esto sucedió en su país, Rumanía, por lo que decidió probar suerte en otros lugares.
En la década de los 80 se trasladó a Australia, donde tuvo que cambiar de técnica porque el sistema de loterías era diferente. En este caso, consiguió numerosos boletos distintos con diferentes combinaciones; consiguió 12 premios del sorteo. Sus sistemas requerían una gran inversión, así como la colaboración de varias personas con las que después repartía las ganancias.
Técnicamente, no, el sistema de la lotería de Navidad se basa en el azar, por lo que predecir qué número va a ser el ganador (siempre que se respeten las normas y no existan trampas en el proceso) es casi imposible.
A pesar de ello, las matemáticas pueden ayudarte a sentirte mejor, porque la probabilidad de ganar a la Lotería de Navidad es mucho más elevada que en otros sorteos, lo que sin duda ha colaborado a convertirlo en uno de los preferidos.
La probabilidad de que nos toque el gordo no es demasiado alta, si nos atenemos a la regla de Laplace, del 0,001% concretamente, porque de las 100.000 bolas que hay en juego, solo una será la ganadora. Si jugamos dos números diferentes, la probabilidad será el doble, sin son tres, del triple… y así sucesivamente, aunque esto implica una inversión mayor.
Tampoco mejorarán nuestras probabilidades si compramos el décimo en una administración famosa. En este caso, no aumenta nuestras posibilidades de ganar, sino las suyas porque aumentan las ventas. Es un círculo vicioso, cuantos más vendan, más posibilidades tendrán de llevarse un premio, lo que incentivará sus ventas, aumentando la posibilidad de ganar un premio.
Comprar siempre el mismo número tampoco hace demasiado por nuestras probabilidades de ganar, pero sí lo hace por nuestra tranquilidad, porque tras varios años comprando el mismo, que resulte ganador justo cuando pasamos página, sería devastador.
A pesar de que las matemáticas no pueden ayudarnos, sí que conviene señalar que el premio gordo ha acabado en 5 más veces que en otro número, eso sí, nunca en 25.