Como sucede en todos los juegos de azar, la suerte juega un papel importante en la Lotería de Navidad, pero en su caso lo hace a varios niveles. El más evidente es que el número tiene que salir del bombo y coincidir con el premio gordo y no con cualquiera de los otros que están en juego, pero todo este proceso comienza mucho antes, desde que compramos el décimo.
Comprar un mayor número de ellos aumenta nuestras posibilidades, pero también saber escoger el número que puede hacernos ganadores. Existen muchas formas de hacerlo, desde dejar que sea el lotero quien seleccione el número al azar, hasta jugar año tras año el mismo, esperando que esta vez la suerte esté de nuestra parte.
Hay números que despiertan más simpatías que otros, algunos números cuesta mucho más venderlos porque se consideran ‘feos’, están los números de la ‘mala suerte’, como el 13, o aquellos de los que se dice que están malditos, como los que contienen un triple seis. Algunos tienen demasiados números repetidos, otros son demasiado altos, demasiado bajos… pero todos, desde el 00000 hasta el 99999, están en el bombo.
Aunque haya que mirar hacia el pasado para ello, hasta en tres ocasiones ha ganado un número de tres cifras, esos que tendemos a evitar comprar porque nos parece que no son demasiado bonitos. En 1828 el primer premio se lo llevó el número 523, el 615 ganó en 1866 y en 1962, el número afortunado fue el 675.
La tradición dice que hay algunas terminaciones que atraen más a la fortuna que otras. De hecho, hay terminaciones de dos cifras que nunca han salido ganadoras, como sucede con el 09, 10, 21, 25, 31, 34, 41, 42, 43, 51, 54, 59, 67, 78, y 82. Quienes hacen sus deberes antes de comprar su décimo puede que opten por evitarlos; también puede suceder todo lo contrario, porque aunque no hayan salido en los más de doscientos años de historia del sorteo, nadie asegura que no puedan tocar en 2023.
Tendemos a centrarnos en las terminaciones, pero lo cierto es que también podemos tomar la decisión tomando como referencia los dos primeros números. El gordo de Navidad nunca ha tocado a números que comenzaban por 27, 37, 39, 41, 44, 51, 64, 66, 67, 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75, 77, 80, 81, 82, 83, 84, 85, 86, 87, 88, 89, 90, 91, 92, 93, 94, 95, 96, 97, 98 o 99.
Si confiamos en que existen números con mala suerte, parece claro que tiene que haber algunos con una suerte mayor. Existen determinadas terminaciones que parecen atraerla en mayor medida, como el 85, que se ha llevado el premio en siete ocasiones, o el 57, que ha ganado seis veces. El 75 y 64, han sido afortunados cinco veces, en cuatro ediciones el premio ha recaído en la 95, 58 y 40. En cuanto a números, el 5 es el más afortunado de todos, seguido del 4 y el 6.