Quienes quieran participar en el sorteo de la Lotería de Navidad necesitan dos cosas, mucha ilusión y un décimo, quienes además pretendan ganarlo necesitan también un poco de suerte.
Los décimos están a la venta desde el mes de julio y lo cierto es que cuando comenzaron a repartirse hubo algunas colas que demostraron que los más previsores hacen sus deberes y lo tienen todo bajo control.
No así quienes lo van dejando y al final se ven en la necesidad de esperar largas colas para comprar sus boletos. Sobre todo si estas personas, además de querer tener su número en su poder, quieren comprarlo en un lugar concreto.
Esta es la época del año en la que las administraciones de lotería más famosas comienzan a colocar guías en la calle para que la fila quede organizada y las personas no se agolpen en la puerta, creando caos y desorden, también se evita de este modo que el paso por esas calles sea impracticable.
Una buena previsión puede ser clave a la hora de acudir a la administración y hacerlo en un momento en el que se ajuste a nuestras expectativas. Existen opciones para saber cuáles son las horas de más afluencia y también las de menos, lo que puede hacer esto más sencillo, tanto si eres una persona que no tiene demasiado tiempo para esperar como si eres de esos que está encantado de poder disfrutar del ambiente que da una calle llena de gente.
Conocer las horas en las que esto sucede es más sencillo si utilizamos opciones como la que nos ofrece Google si buscamos el nombre de la administración de lotería deseada, que tiene gráficos donde se desglosa por horas, desde la apertura hasta el cierre, cuándo el lugar está más concurrido y cuando lo está menos, una guía que puede resultar muy útil.
En general, lugares tan famosos como Doña Manolita, siempre tienen gente y por tanto tiempo de espera, que va aumentando conforme se acerca el 22 de diciembre, cuando puede pasar de una espera de varios minutos a una de varias horas. En su caso, hay gente esperando desde antes de que abran y la mejor hora para acercarse es a medio día, entre la una y las tres la afluencia de gente es menor.
Es increíblemente complicado conseguir que nos atiendan nada más llegar, siempre suele haber un tiempo de espera, por lo menos si tomamos la decisión de acudir físicamente a comprar el décimo y así poder tenerlo en nuestras manos, mirarlo y remirarlo hasta memorizar el número de la suerte.
Quienes quieran huir por completo de esto pueden optar por comprar su décimo online, una práctica segura si recurrimos a los canales oficiales y que puede hacer que la compra sea mucho más rápida. Con este sistema se evitan colas, pasar frío en la calle o tener que acudir a la misma hora que todo el mundo porque es el único rato que tenemos libre.