Los niños y niñas de la Residencia-Internado de San Ildefonso de Madrid, que participarán en el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad de 2022, están realizando los últimos ensayos entre risas y nervios para que no haya ningún "mínimo fallo" el próximo 22 de diciembre en el Teatro Real, donde ya se encuentran los bombos. Un evento que cuenta con un importante protocolo de seguridad para guardar las bolas.
"Cuando vi el número no me imaginaba 4 millones de euros e iba a decir 4 euros, luego recapacité y cuando lo canté me puse a gritar y se me fue la voz", ha señalado a Europa Press Paula, que el año pasado cantó el primer premio. La menor no cree que lo vuelva a cantar en esta ocasión: "No hay tanta suerte. ¡Ya quisiera yo!". Tras cantar el Gordo, la niña de 12 años se sintió "feliz" porque era "muy importante" tras haber ensayado "demasiado tiempo".
Los niños y niñas de San Ildefonso, cuyas edades de los que participarán en la Lotería comprenden desde los 8 hasta los 14 años, comenzaron a preparar el sorteo, en el que participarán cantando y extrayendo bolas una quincena de ellos, a finales de octubre. Desde entonces, han ensayado tres o cuatro veces por semana unos 15 o 20 minutos, un tiempo en el que los escolares se divierten practicando por parejas.
"A veces nos reímos porque tengo un compañero que es muy gracioso", ha dicho Paula, quien de momento no tiene nervios ya que esa sensación le llega el día previo a la tradicional cita al irse a dormir: "El año pasado no dormí nada y ya el 22 vienen los nervios por la gente que lo ve".
Aunque ha remarcado que tienen que estar "atentos" durante los ensayos porque al "mínimo fallo" se pueden equivocar, Elías, que ya ha participado dos veces cantando tres premios especiales (1.250.000 euros, 200.000 euros y 60.000 euros), ha asegurado que se divierten.
"El día 21 vas al sorteo para hacer un ensayo y estás tranquilo porque lo has hecho más de una vez. Si es tu primera vez te pones nervioso si hay mucha gente, pero si ya estás acostumbrado no te pones nervioso", ha relatado el joven.
Durante uno de sus ensayos, los niños y niñas han mostrado sus ganas de cantar el Gordo el próximo 22 de diciembre. "Sentiría mucha emoción si lo canto, mi mamá quiere que cante el Gordo y hasta a ella le entra emoción de que yo lo cante", ha dicho a Europa Press Natalia, de 11 años.
Hace dos años, según ha recordado Jessica, de 12 años, una mujer premiada con el Gordo hizo regalos a los que habían participado en el sorteo. "Me dieron una bicicleta, a otros un patinete o lo que escogieron. A veces hay gente que nos dan regalos cuando les toca", ha celebrado la niña, que está "bastante nerviosa" antes de enfrentarse a su segundo sorteo: "Estoy nerviosa porque el año pasado no canté y este año sí voy a cantar".
Otra de las niñas ha asegurado que le gusta cantar para que toquen premios y que la gente se alegre y la "vida sea una fantasía", aunque en los ensayos a veces pierdan "la voz". "Me da igual cantar cualquier premio, pero si canto los 4 millones estaría bien porque es el premio más grande", ha subrayado la menor de 11 años.
A Elisabet le gustaría que a aquellos que resulten premiados con el Gordo lo primero que hagan sea decírselo a su familia para que se ilusionen y compartirlo con ellos, aunque ha lamentado que "lo que hacen siempre es chulearse" y eso, en su opinión, "no está bien".
Para evitar los nervios, los niños y niñas de San Ildefonso intentan imaginar "que no hay gente" y ensayan cantando "de manera especial" cuando sale un premio. "Te enfocas en ti misma y ya está", ha apuntado una de ellas.
En los ensayos, los pequeños reciben los consejos de Chema García, educador de la Residencia de San Ildefonso, que les ayuda a coordinarse porque tienen que estar "todo el rato bailando", algo que "requiere ajustar mucho" ya que el que canta el número tiene que mirar que el que saca el premio no tiene un premio mayor, por lo que tienen que meter la bola en el alambre con la seguridad de que no hay premio. "Tenemos que asegurarnos de que el que saca el número mira también bien el premio", ha precisado.
Los niños "tienen experiencia" porque hacen el resto de sorteos del año, por lo que "ya están curtidos" en estar frente al público y delante de las cámaras, aunque el día 22 de diciembre es, según ha recalcado el educador, "especial" porque el Teatro Real "impone bastante" y el escenario "es enorme".
"No hace falta decirles muchas cosas, simplemente les animamos, que vean el lado positivo, que no se preocupen. Están supercontentos porque muchas veces va su familia, les ven por la tele, están encantados, les gusta mucho", ha relatado García sobre las sensaciones que tienen los niños antes de un día tan especial.
El educador, sobre todo con aquellos que son nuevos, tiene que explicar bien "el soniquete" para cantar bien los números, así como las dinámicas para leer bien, darle la vuelta a la bola y meterla al revés. Además, desde la pandemia no van los dos niños a la vez al alambre, por lo que primero va uno y cuando se retira va el otro "para no estar demasiado juntos".
Para ser seleccionados para participar en el Sorteo de Navidad, los niños tienen que saber leer bien los números, "que no se líen", tener buena dicción y una voz "normal". "No hace falta que sepan cantar música pero sí que lo digan bien con el soniquete y que los dos compañeros tengan una voz parecida", ha comentado el educador.