El virólogo italiano Andrea Crisanti, director del laboratorio de microbiología de la Universidad de Padua, ha querido ser realista en su pronóstico sobre cómo viviremos este verano con el coronavirus. A pesar de las opiniones optimistas, como las del propio ministro italiano Garavaglia que aseguró que incluso las discotecas podrían reabrir, el experto es contundente: "Algo así me desanima".
En declaraciones al programa Rai Radio1, el virólogo ha asegurado que creer que en verano estaremos en una situación muy buena frente al virus, como defendía el ministro de su país, es como "haber hecho un viaje al pasado, remontándose a 2019".
"Tendremos que ver cómo evoluciona el virus, hacer promesas como esta sin saber cuál es la situación generará frustración en las personas si no se pueden cumplir", afirma el experto. Por ello, defiende que es mejor mantener la calma y asegurar que todavía no se sabe con exactitud cómo se vivirá este verano con las restricciones.
Es "mejor decir 'no sabemos pero haremos todo lo posible para lograr este objetivo '", responde tajante. Además, sobre cuándo podremos volver a esa nueva normalidad, o al menos acercarnos, es realista: "Cuando tengamos 20 o 30 millones de personas vacunadas, tendrán la expectativa de moverse libremente", concluía.
El profesor de Física de la Universidad de Murcia (UMU), Antonio Guirao Piñera, ha advertido que "estamos en el inicio de la cuarta ola" y ha pedido a las administraciones que se anticipen e "intervengan ya" porque, de lo contrario, su intensidad y gravedad será mucho mayor.
"Como preveíamos, tras la desescalada se ralentizó la caída de contagios y cambió el patrón, entrando en una meseta que ya ha dado paso a una fase creciente", ha señalado Guirao, quien realiza simulaciones sobre la evolución de la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 mediante modelos matemáticos en el marco de un proyecto aprobado por el Instituto de Salud Carlos III.
Por un lado, Guirao lamenta que la desescalada fue prematura porque, según ya dijo en enero, había que esperar hasta que la incidencia acumulada (IA) en 14 días bajase de 25 por cada 100.000 habitantes o, al menos, de 50, porque "ello permitiría mucho más margen de maniobra, dar más tiempo a la vacunación y más capacidad de acción ante las nuevas variantes".
Por otro lado, advierte que una vez que se ha desescalado y "vemos que no funciona, hay que revertir inmediatamente" la situación, "cosa que no se está haciendo". A su juicio, "estamos esperando a ver qué pasa", pero ha insistido en que "hay que actuar ya".
En este momento, el profesor de la UMU reconoce que "hay mucha incertidumbre", porque no se conocen bien todas las variables, pero lo que es seguro en su opinión es que "la intensidad y gravedad de la cuarta ola será mucho menor si intervenimos ya".
"Este fenómeno siempre lo vemos con retraso, de unas dos semanas", advierte Guirao, quien explica que lo que esté pasando hoy en los contagios "se observará dentro de dos semanas".