Batalla campal en el estadio de Querétaro durante un partido de fútbol. En el campo, se desarrollaba el partido, mientras que en las gradas se desató la violencia sin medida. Sillazos, golpes, un cuerpo a cuerpo al peor estilo entre aficionados de uno y otro equipo. Las cifras oficiales informan de entre 20 y 26 heridos, varios de ellos de gravedad.
Los grupos de violentos se encaran, se insultan y se golpean salvajemente con lo que encuentran. La brutalidad es tal que muchos huyen hacia el campo para evitar la violencia que ya reina en las gradas, donde la pelea continúa. A puñetazos, a patadas, pero también con navajas o usando sus cinturones como arma para golpear al otro.
Las imágenes revelan el momento y la indefensión de algunos que solo fueron a disfrutar de un partido y se encontraron con la violencia. Una familia trata de escapar, mientras la barbarie continúa. Sorprende la actitud del personal de seguridad, que llega a abrir la puerta que separa a unos y a otros. Algunos testigos han recriminado a los responsables de la seguridad de los asistentes no intervinieron contra los violentos.
Muchos aficionados terminan en el suelo, desnudados y apaleados sin piedad por los violentos que tomaron por asalto un escenario de ocio y diversión. Las autoridades locales de Querétaro hablan de 23 hospitalizados, tres en estado grave, otro delicados y una decena fuera de peligro. La batalla campal vivida el campo de fútbol mexicano sienta un grave precedente y la atrocidad que avergüenza al mundo del deporte.