Venezuela: hiperinflación y escasez de alimentos
La población empieza a sentir la escasez de alimentos
Continúa la crisis del combustible en el país y Venezuela pide ayuda a Irán para producir gasolina
El 30 de abril se cumplió un año del intento fallido de levantamiento cívico militar liderado por Juan Guaidó y Leopoldo López contra Nicolás Maduro. Fue una fecha clave en la historia reciente de Venezuela.
La jornada, que comenzó muy temprano, poco antes del amanecer, frente a la base militar de La Carlota en Caracas, terminó con López refugiado en la residencia del Embajador de España (donde continúa hasta la fecha), con Juan Guaidó desaparecido, con 5 muertos, 233 detenidos y 18 órdenes de búsqueda y captura de militares y civiles implicados.
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Pocas semanas antes de este suceso, EEUU cerró su Embajada en Venezuela y sacó a todo su personal diplomático del país; y un año después, Mike Pompeo, el Secretario de Estado de EEUU, sorprendió en una teleconferencia con un pequeño grupo de periodistas asegurando que había dado orden a su equipo de “empezar a pensar en reabrir la Embajada en Caracas porque el cambio en Venezuela está llegando”.
“Maduro no puede aguantar para siempre, y la presión contra el régimen es mayor que nunca”, dijo Pompeo, y añadió que cuando el mandato de Maduro llegue a su fin, Washington quiere asegurarse de que los venezolanos “sepan físicamente que los estadounidenses están a su lado. Izar la bandera en la Embajada de EEUU en Caracas sería un gran símbolo de eso”.
Maduro en su programa "Con el mazo dando" que no se abrirá la embajada
La respuesta de Nicolás Maduro llegó en la noche del miércoles, hora de Venezuela, en una intervención telefónica en el popular programa televisivo del acusado de narcotráfio y número dos del régimen, Diosdado Cabello, “Con el Mazo Dando”, que se emite puntualmente cada semana en la televisión publica estatal VTV.
Maduro le dijo al Secretario de Estado norteamericano que “EEUU es el epicentro pavoroso de una crisis humanitaria. Que se ocupe de EEUU y deje en paz a Venezuela. No aceptamos que Pompeo y “Cara-brotada” (forma despectiva en la que suele dirigirse a Juan Guaidó por unas recientes imágenes en las que se ve al líder opositor con un brote de acné) se la pasen metiéndose con Venezuela”.
Y volviendo a hacer referencia a los sucesos del pasado 30 de abril de 2019, Nicolás Maduro señaló que, tanto Guaidó como sus aliados estadounidenses son “títeres despreciables con el alma enferma”, para añadir que salieron más fuertes políticamente de aquella batalla y “con las lecciones aprendidas”. Sentenció el presidente chavista con una frase en abierto: “todo lo vamos a poner en su justo lugar. Al que entendió, entendió”, presumiblemente refiriéndose a una posible detención de Guaidó, a la que habría hecho referencia durante las últimas semanas en más de una ocasión.
Maduro, que también hizo balance de la pandemia de la COVID-19 en Venezuela, que hasta la fecha cuenta con 331 casos positivos según las cifras oficiales, anunció que el próximo fin de semana (sábado y domingo) se flexibilizará la cuarentena y se permitirá salir de 8 de la mañana a 12 del mediodía a los adultos mayores, y de 2 a 6 de la tarde a los niños. Aún así, aseguró que van a mantener la cuarentena “con inteligencia, sabiduría y unión espiritual y nacional”.
La situación humanitaria se ha complicado aún más
Durante los últimos días y en pleno confinamiento, la situación económica y social se ha complicado en Venezuela, y la incertidumbre sobre el desarrollo de los acontecimientos se torna cada día más fuerte. La inflación galopante, más o menos estabilizada durante los últimos meses, se ha disparado al igual que la tasa del dólar, devaluando aún más el bolívar, la moneda nacional, y provocando un aumento desbocado de los precios de bienes y alimentos de primera necesidad de hasta un 105%.
Para “luchar contra la especulación”, Maduro ha anunciado un plan de regulación de precios y ha ordenado la “venta supervisada” para tres de las empresas de alimentación más importantes del país: Empresas Polar, Plumrose y Matadero Industrial de Turmero.
El gobierno reveló el pasado 24 de abril que sostuvo una reunión con la Asociación Nacional de Automercados y Autoservicios (ANSA) en la que se estableció “una mesa de precios acordados para 27 rubros”.
A día de hoy, todavía no se ha hecho público (aunque en redes sociales circulan multitud de listas oficiosas) ni cuáles serán esos rubros, ni cuál será su precio, aunque los empresarios de las empresas implicadas ya han advertido de que el control por parte del Estado podría conllevar desabastecimiento y fallas en la distribución.
El control de precios no es algo nuevo en Venezuela
La Ley Orgánica de Precios Justos se creó el 23 de enero de 2014, apareció en la Gaceta Oficial Nº 40340 y se puso en marcha en varios momentos desde entonces. Uno de los más importantes fue entre julio y agosto de 2018, cuando el gobierno congeló los precios de 25 artículos en el marco del denominado “Plan 50”.
En la práctica, lo único que han conllevado históricamente controles de este tipo, ha sido un encarecimiento incontrolable de los alimentos y de la vida cotidiana en general, así como la desaparición de productos de primera necesidad y escasez.
A los problemas con los precios y el presumible desabastecimiento que se avecina, hay que añadir los problemas de gasolina que tiene Venezuela desde el comienzo de la cuarentena en el país. La crisis petrolera mundial, la caída de los precios del crudo, las sanciones y la paralización de la industria de petróleo venezolana está provocando una situación que comienza a no tener precedentes. Durante el último mes y medio, se ha convertido en habitual, y a pesar del confinamiento, ver largas colas de vehículos que esperan pacientemente durante horas y hasta incluso días enteros, para poder surtirse de gasolina; muchas veces sin éxito.
Maduro pide ayuda a Irán
Para tratar de paliar esta situación, el gobierno de Maduro habría pedido ayuda a su aliado Irán y esta semana, según información confirmada por el Departamento de Estado, habrían aterrizado dos aviones de la compañía iraní (también sancionada por EEUU) Mahan, en las costas caribeñas con insumos químicos para la fabricación de combustible en las refinerías venezolanas (paralizadas y con la intención de ponerlas en marcha).
En los aviones de la compañía iraní, habría volado también Mohsen Baharnavand, director de la cartera para América Latina del ministerio de Exteriores del país persa.
El descontento social que se está generando en Venezuela debido a todos estos factores, ha provocado que, solo en marzo, y según denuncia el Observatorio de Conflictividad Social, se hayan registrado 580 protestas a lo largo de todo el país con algunos registros de saqueos en las últimas semanas.