Los casos de personas de la tercera edad que han sido vacunadas con aire han provocado una gran indignación en Brasil. En los últimos días, se han podido ver vídeos compartidos por los familiares de los ancianos que sufrieron vacunaciones simuladas con jeringas vacías o falsas.
Las imágenes fueron viralizadas a través de las redes sociales y retransmitidas por medios locales, mostrando el momento en el que el personal sanitario inserta las agujas pero sin inyectar la dosis del fármaco. La Policía Civil de Río de Janeiro emitió un comunicado el que señala que, si las investigaciones confirman que hubo desvío de dosis o alguna otra irregularidad, los profesionales sanitarios podrán ser acusados por malversación de fondos con penas de hasta 12 años de prisión.
Una enfermera ya fue suspendida en Petrópolis, una ciudad de Río de Janeiro, según confirmó la secretaría de Salud de esa localidad. En el vídeo se ve cómo la anciana de 94 años recibe una inyección sin el fármaco para hacer frente a la pandemia de covid-19. La sanitaria aseguró que había sido un error no intencionado y que no había percibido problemas en el momento de la inoculación.
Otro caso ocurrió en la ciudad de Niteroi, donde un profesional fingió aplicar la dosis a una anciana de 90 años y el hecho quedó registrado por los familiares que la acompañaban. "El análisis del vídeo deja claro que (la profesional) era consciente de que no estaba aplicando la vacuna. De hecho, fue alertada y cuestionada por la familia y respondió de forma irónica", explicó el comisario Luiz Henrique Pereira a medios brasileños.
Hay al menos otros tres casos que están siendo investigados, en Maceió, São Paulo y Goiânia. Los colegios de enfermería están abriendo investigaciones internas y las autoridades sanitarias remarcan que los acompañantes de los ancianos "pueden y deben" grabar y hacer fotografías del momento del pinchazo. En caso de dudas tienen que volver inmediatamente al lugar de vacunación para verificar que todo está bien.
Para el Gobierno local se trata de hechos aislados. "Entendemos que se trata de un fallo, no lo queremos llevar para el lado de las calumnias que están levantando", declaró el secretario de Salud del municipio, Aloísio Barbosa Filho. Pese a sus declaraciones, reforzaron el protocolo de vacunación para evitar más casos de vacunas de aire.
Brasil es uno de los países más golpeados por el coronavirus, con más de 10,2 millones de positivos y casi 250.000 muertos desde que comenzó la pandemia. La situación en el país es crítica, actualmente atraviesa la segunda ola de contagios y en torno a 1.000 personas fallecen a diario.
Además, las autoridades sanitarias prevén que los contagios se multipliquen con la propagación de nuevas cepas del virus. Por otra parte, en Río de Janeiro (capital del estado), Salvador (Bahía), Campo Grande, Teresina y Cuiabá (Mato Grosso) suspendieron la inoculación debido a la falta de dosis del fármaco. Apenas un dos por ciento de la población fue inmunizado.
Mientras, el general Eduardo Pazuello -designado ministro de Salud por el presidente del país, Jair Bolsonaro- enfrenta críticas por parte de un grupo de intendentes brasileños agrupados en la Confederación Nacional de Municipios que le exigen la renuncia de forma urgente. "Su liderazgo no creyó que la vacuna era la forma de salir de la crisis y no llevó a cabo la planificación necesaria para adquirir las vacunas", declaró el grupo en un comunicado emitido esta semana.
El Ejecutivo se niega a comprar vacunas de Pfizer, alegando que la empresa exige que el Estado se haga responsable en caso de posibles efectos adversos. El Congreso Nacional de Brasil está trabajando en una ley para 'puentear' a Bolsonaro y facilitar la llegada de más vacunas, cediendo a las exigencias de éste y otros laboratorios.