Los Veintisiete seguirán negociando durante la semana para intentar lograr la unanimidad necesaria que permita prohibir todas las importaciones de petróleo ruso a la UE, ya sea crudo o refinado, después de que este domingo Hungría mantuviera sus reservas en una reunión convocada en Bruselas a nivel de embajadores para tratar de desbloquear el pacto.
El encuentro ha concluido sin acuerdo tras una hora y media de debate en la que ha quedado constancia de que Hungría mantiene reservas a la medida y reclama "más garantías" sobre el suministro alternativo, han indicado diversas fuentes diplomáticas.
Los contactos "a todos los niveles continuarán a principio de semana" con el objetivo de alcanzar "lo antes posible" un acuerdo para sacar adelante el sexto paquete de sanciones, han apuntado fuentes europeas, que recalcan que las cuestiones pendientes no son tanto "políticas" sino "técnicas".
La propuesta prevé un embargo a todas las importaciones de petróleo ruso a la Unión Europea por cualquier vía, con un periodo de transición de seis meses en el caso del crudo y de ocho para los productos refinados.
La excepción prevista para que Hungría y Eslovaquia pudieran retrasar un año su aplicación complicó las negociaciones porque el plazo resultaba insuficiente a ojos de estos dos países y porque otros socios, como República Checa, quieren también este trato diferenciado.
Respecto al gas, Bruselas tiene previsto aprobar un plan de ahorro energético el próximo día 18 que incluye una serie de medidas que afectarán a casi todos los países de la UE, incluida España. Este plan obligará a aquellos socios europeos que tengan otras fuentes de suministro de gas, como es nuestro país, a compartirlo con otros que se hayan visto afectados por la guerra.
Hungría, Alemania o Eslovaquia son algunos de los países más dependientes del gas ruso. Hungría compra a Rusia el 85% del gas y el 65% del petróleo que consume, mientras que Alemania obtiene el 70% del gas natural. Se pretende acelerar la desconexión europea del gas de Vladímir Putin.