El general ruso Serguéi Rudskói, primer subjefe del Estado Mayor, ha señalado este viernes, tras un mes de combates, que el único objetivo de las tropas de Vladimir Putin, cuya moral se ha venido bastante abajo, es tomar tan solo la región del Donbás, que comprende los territorios separatistas de Donetsk y Lugansk. Una idea de la que recelan desde Ucrania.
Tras ese anuncio de retirada de Moscú de la mayor parte de los frentes de guerra, el periodista Marcos Méndez, desde Kiev, explica que "cualquier noticia que venga de Rusia se la toman aquí con muchísima cautela. Y es que, un día antes de la invasión, Rusia decía que no iba a intervenir en Ucrania".
Méndez ha asegurado que "es verdad que hemos visto algunos gestos de esperanza, incluso algo de alegría en los trabajadores del hotel cuando nosotros mismos les hemos preguntado y les hemos dado la noticia". No obstante, ha puntualizado que desmienten que estén próximos a un acuerdo con Moscú y detalla que "no tenemos que olvidarnos que a 20 kilómetros de aquí, del centro de Kiev, todavía siguen las tropas rusas. Y no hace mucho, hace escasos minutos, aún hemos oído algunas explosiones".
Rudskói ha afirmado, en declaraciones recogidas por la agencia TASS, que, durante estas cuatro semanas, "las tropas rusas bloquean Kiev, Járkov, Chernihiv, Sumy y Nikolaev, mientras que Jersón y la mayor parte de la región de Zaporiya están bajo control total". En relación a estas ciudades ucranianas asediadas, el Ejército ruso no tiene planes por ahora de asaltarlas, "pero no se descarta tal posibilidad", ha añadido el general.
Además, ha admitido que Moscú se planteó en un primer momento limitar su incursión a las zonas controladas por los separatistas prorrusos. Sin embargo, y como ya adelantó el presidente ruso, Vladimir Putin, esta opción implica que Ucrania podría reabastecer sin problemas sus efectivos en las zonas limítrofes, de ahí que el Kremlin optara por una invasión total.