La guerra de Ucrania se recrudece en el flanco este del país. En la mira del Kremlin está machacar a todas horas y con todo su arsenal ciudades como Járkov, Izium o Mikolaiv, cabezas de puente desde donde establecer el control total sobre las regiones de Donetsk y Lugansk. El Gobierno de Volodímir Zelenski pide más armas para neutralizar a las tropas invasoras.
Allí, en el Donbás, los bombardeos masivos de Rusia ablandan la resistencia ucraniana y en localidades estratégicas, como Rubiznhe, los ataques son un baño de sangre del que presumen los aliados chechenos del presidente ruso Vladímir Putin.
Ucrania sabe que para ganar las batallas en campo abierto necesita más armamento y equipamiento militar, al igual que más misiles, carros de combate o drones, para neutralizar a los soldados rusos que dejan un largo reguero de muertos, registros casa por casa y ciudades fantasma como Popasna.
Las tropas de Rusia se han asegurado ya el control del 80% de Lugansk. En los planes del Kremlin, revisados tras el fracaso sobre Kiev, está destruir infrestructuras, forzar el éxodo de la población para poder lanzar una gran ofensiva terrestre con más garantías de éxito.
Járkov ha vuelto a ser atacada. Durante esta noche, 18 bombas han golpeado la ciudad, según muestran las imágenes de los edificios golpeados en algunos puntos como el barrio de Saltivka, uno de los más peligrosos, ya que se encuentra en la línea del frente.
Las tropas de Rusia están haciendo un círculo sobre la ciudad, donde los ciudadanos están huyendo al temer un asedio. Los bomberos y rescatistas siguen trabajando sobre el terreno en puntos como Saltivka.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha animado a todos los usuarios del mundo a través de Twitter a unirse "a millones de voces en una campaña global en las redes sociales": #ArmUkraineNow (Armas para Ucrania ahora). Para ello, se requieren varios pasos, según el dirigente:
"Apoyad al pueblo de Ucrania", concluye Zelenski en su mensaje.