El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha utilizado su discurso ante la Asamblea General de Naciones Unidas para cargar de nuevo contra China, a la que acusa de plantear "falsedades" sobre la expansión del coronavirus, y ha instado a la organización internacional a "hacer responsable de sus actos" al gigante asiático.
Trump ha afirmado que, 75 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se asoma de nuevo a una "gran lucha global", a una "fiera batalla contra un enemigo invisible", en alusión a la COVID-19, una enfermedad derivada de lo que el mandatario norteamericano sigue denominando el "virus chino".
El inquilino de la Casa Blanca se ha mostrado convencido de que Estados Unidos podrá "derrotar" el coronavirus y distribuir una vacuna, dando pie a "una nueva era de prosperidad, cooperación y paz sin precedentes", pero alega que, a su juicio, la pandemia no habría llegado a los niveles actuales si China hubiese actuado de otra forma.
El virus se originó en 2019 en la ciudad china de Wuhan y, según Trump, Pekín ocultó datos esenciales desde el primer momento. "En los primeros días del virus, China impidió los viajes internos mientras permitía que los vuelos saliesen de China para infectar el mundo", ha denunciado en un discurso grabado. Además, ha criticado que el Gobierno chino --"y la Organización Mundial de la Salud, que está 'de facto' controlada por China"-- aseguró que no había indicios de contagios entre humanos. "Más tarde, dijo falsamente que las personas sin síntomas no transmitían la enfermedad", ha añadido.
Por todo ello, Trump considera que "Naciones Unidas debe hacer responsable de sus actos a China", un país con el que el presidente de Estados Unidos mantiene una escalada de tensiones que van desde el ámbito sanitario al político, pasando por el económico.
El presidente de China, Xi Jinping, rechazó las “acusaciones sin base” en relación a las críticas que apuntan a que su gobierno ocultó la pandemia cuando se declaró en Wuhan. Las palabras de Xi fueron emitidas en el hemiciclo de la Asamblea General unos minutos después de que Trump llamara a hacer que Pekín rinda cuentas por "infectar al mundo" con la COVID-19.
Aunque el mensaje del presidente chino estaba grabado de forma previa ya sabía que Trump no iba a perder la oportunidad de señalar a China por lo que en su intervención rechazó todo "intento de politización" o "estigmatización" en torno a los intentos de buscar culpables por la pandemia, que ha matado ya casi a un millón de personas en todo el mundo. El presidente Xi dijo en su mensaje grabado que su país no va a mantener ningún tipo de guerra, "ni fría ni caliente". Xi insistió en que China nunca buscará la "hegemonía" y que apuesta por un mundo basado en la cooperación y el multilateralismo.
Según dijo, China se esforzará en resolver toda disputa a través del diálogo y la negociación y considera que, en un mundo tan interconectado como el de hoy, ningún país gana con los problemas del otro. Xi subrayó que la respuesta a la enfermedad debe estar "guiada por la ciencia" y dar un papel clave a la Organización Mundial de la Salud (OMS), muy criticada por Trump. "El virus será derrotado. La humanidad ganará esta batalla", insistió el líder chino, que hizo un llamamiento a la cooperación internacional y a apoyar a los países más vulnerables.
En ese sentido, destacó que las posibles vacunas que China está desarrollando, con varias en la última fase de ensayos clínicos, serán consideradas un "bien público global" y se distribuirán de forma prioritaria a países en desarrollo. Además, aseguró que China seguirá compartiendo buenas prácticas, tratamientos y productos con el resto del mundo, insistiendo en que frente al virus lo que se necesita es más solidaridad.