Donald Trump insiste en que todo es una caza de brujas y una estrategia de acoso de los demócratas, obsesionados por quitarle de en medio. Asegura el presidente estadounidense que la transcripción de su conversación con el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, fue normal y apropiada y que todo esto es una broma. “¿Un impeachment por qué? ¿Por una conversación telefónica maravillosa?“
En una larga y confusa rueda de prensa desde Naciones Unidas, Trump reiteró que no hubo presión alguna a Ucrania para investigar si al exvicepresidente, Joe Biden, y los negocios de su hijo Hunter en Ucrania. También lo aseguró brevemente Zelenski, tras una reunión bilateral celebrada entre ambos en el marco de la Asamblea General.
Mientras los demócratas aseguran que la conversación es mucho peor de lo que imaginaban. Según el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, el Demócrata Adam Schiff, “estas notas reflejan un clásico chantaje al estilo de la mafia. Muestran a un presidente ucraniano desesperado por la ayuda militar de Estados Unidos, amenazado por Rusia. Y a un presidente de Estados Unidos que inmediatamente después de que el presidente ucraniano exprese la necesidad de más armas, le dice que tiene un favor que pedirle.“
Los demócratas creen que esto es suficiente para seguir adelante con un proceso de impeachment. Y quieren hacerlo cuanto antes.
Los republicanos acusan a los demócratas de estar obsesionados con el presidente desde las elecciones de 2016 y estar poniendo sus intereses políticos por encima del bien del país. Creen que la transcripción demuestra que todo es humo. Porque no describe que el presidente nunca usara la ayuda exterior de Estados Unidos como moneda de cambio para obtener una investigación de Ucrania. “¿Impeachment por esto?“, reaccionó el senador republicano Lindsey Graham, asegurando que todo ha quedado en nada porque no hubo quid pro quo, en el centro de muchas de las acusaciones contra el presidente.
Para empezar no es una transcripción, como prometió la Casa Blanca. Según indica el propio documento, no es una transcripción literal. Sino un “memorandum“, un resumen detallado de la conversación basado en las notas del día. 30 minutos de conversación que se resumen a lo largo de 5 páginas.
El documento confirma que Trump pidió al presidente al presidente de Ucrania que trabajara junto a su abogado personal, Rudy Giuliani y el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, para investigar al exvicepresidente Joe Biden y su hijo, Hunter. La conversación entre ambos líderes mantenida el pasado 25 de julio comenzó con una felicitación de Trump a Zelenski tras su victoria electoral. Pero rápidamente pasó a pedir “si pudiera mirar“ una investigación a un potencial rival político en las elecciones de 2020 y ofreció la asistencia de Estados Unidos en ello.
“Me gustaría que nos hicieras un favor“, dice el presidente de Estados Unidos, según las notas publicadas por la Casa Blanca. “Porque nuestro país ha pasado mucho y Ucrania sabe mucho.“ Hace referencia en ese pasaje de la conversación a las elecciones de 2016.
La conversación facilitada no muestra que el presidente solicitara la apertura de una investigación al hijo de Joe Biden a cambio del envío de un paquete de ayuda exterior a Ucrania de casi 400 millones de dólares. No hay un quid pro quo explícito ni implícito, que era el argumento central de muchas acusaciones. Pero sí hay una sugerencia de Trump de que Estados Unidos ha sido “muy muy buena” con Ucrania. Zelenski menciona la necesidad de la ayuda militar de Estados Unidos y Trump pasa a solicitar “un favor“.
Muchos demócratas aseguran que sí. Que ya basta. Que un presidente estadounidense pidiendo reiteradamente a un gobierno extranjero que investigue a un posible rival electoral para beneficiarle políticamente, tras ofrecer la asistencia del departamento de Justicia de Estados Unidos para ello, es una situación extremadamente perjudicial. Para Trump y para Estados Unidos.
Hablan de traición, incumplimiento de obligaciones constitucionales y violación de la Ley de Informantes de 1998, por la que la cúpula de Inteligencia debería haber entregado al Congreso la denuncia presentada el pasado mes de agosto.
Aunque no todos. Hay una intensa división interna entre los demócratas sobre hasta dónde llegar. Una cosa es empezar una investigación y otra, destituir a un presidente.
Pero ojo: todavía nos falta mucho por saber.
No sabemos quién es el miembro no identificado de los Servicios de Inteligencia que lanzó la queja formal en agosto, cuya identidad sigue siendo anónima. No sabemos qué acceso tiene de primera mano a las conversaciones y/o gestiones del gobierno. No sabemos exactamente qué contiene la denuncia, que fue considerada como “creíble“ por los superiores al ser admitida a trámite. Según los medios, no se trata solo de la conversación de Trump con el líder ucraniano lo que alertó al informante. Aseguran que hay más episodios en los documentos.
Los comités de Inteligencia del Congreso han tenido acceso en las últimas horas a la demanda, entregada por la administración estadounidense con semanas de retraso y a petición urgente de los demócratas. De momento no se ha hecho pública por el contenido sensible de la documentación. Pero las primeras reacciones de líderes como el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, son rotundas: “Después de leer los documentos, estoy aún más preocupado por lo que pasó de lo que estaba cuando leí el resumen de la conversación. Hay tantos hechos que hay deben ser examinados.“
Sabemos que un proceso de impeachment desemboca en último término en el Senado. Y que es muy difícil que un juicio político contra Trump saliera adelante en una cámara alta controlada por los republicanos. Hay pocas posibilidades reales de que el presidente Trump acabe siendo destituido. Al menos, no con lo que hay sobre la mesa.
En campaña electoral nadie puede estar tranquilo. Tampoco los demócratas. Esto pasa factura a todos.
Trump va a vivir el último año de su mandato antes de las elecciones de 2020 con una inmensa nube negra sobre la Casa Blanca, pendiente de un proceso de destitución que, según demuestra la historia, paraliza el funcionamiento de Washington. Y como dicen en esta ciudad, las investigaciones se sabe por dónde empiezan, pero nunca por dónde terminan. Los demócratas confían en encontrar más asuntos de gravedad en unas investigaciones que apenas acaban de empezar.
Un impeachment puede movilizar el voto de todos aquellos demócratas frustrados que exigían una mayor contundencia contra el presidente a los líderes del partido, especialmente entre los sectores más progresistas.
Pero también hay demócratas que se juegan sus escaños en 2020 en distritos moderados o conservadores, donde no lo van a tener fácil. Esta situación también puede pasar una importante factura a los demócratas, de ahí la reticencia a lanzar un juicio político en el último año.
Un proceso de destitución genera profundas divisiones en Estados Unidos. Y Trump ha llegado a asegurar que esto le puede beneficiar, porque movilizara a sus votantes y seguidores, hartos con lo que consideran es una persecución demócrata. De hecho, Trump ha pedido ya en las últimas horas una investigación formal a Biden y sus negocios en Ucrania y China
Cree que también puede beneficiarle entre todos aquellos estadounidenses que esperan que sus políticos den prioridad a los asuntos que más les preocupan, como empleo o sanidad. No a luchas partidistas en Washington.
La campaña de Trump, minutos después del anuncio de Pelosi, lanzó el primer vídeo electoral sobre el asunto. Lo tenían preparado. El lema es “Mientras el único foco de los demócratas es pelear contra Trump, el presidente Trump está peleando por ti.“ Señalan que los demócratas llevan obsesionados con el impeachment desde 2016. “Estábamos listos en caso de que los demócratas fueran así de tontos“, aseguró el director de comunicaciones Tim Murtaugh a la corresponsal de CNN, Kaitlan Collins. “Y lo han sido.“
También habrá que ver si todo esto pasa factura a la campaña electoral de Joe Biden, hasta ahora favorito en las encuestas para convertirse en el candidato presidencial demócrata. Pero enfrenta graves acusaciones del presidente de Estados Unidos sobre su política exterior con Ucrania, acusaciones de conflicto de interés con los negocios en una empresa de gas ucraniana de su hijo Hunter desde 2014. Trump asegura que hay mucho que se está investigando sobre Biden, Barack Obama, e incluso, Hillary Clinton respecto a 2016.