Todos contra Warren en el debate demócrata más esperado
El exvicepresidente Joe Biden, desaparecido en medio de la polémica sobre los intereses empresariales de su hijo en Ucrania
En el cuarto debate demócrata pasó lo que se esperaba que pasara. Con doce candidatos sobre el concurrido escenario, las expectativas estaban muy altas para los tres nombres que lideran la carrera hacia las primarias del partido: Joe Biden, Elizabeth Warren y Bernie Sanders.
Pero pocos segundos después de arrancar, quedó claro que la senadora de Massachusetts, en ascenso en las encuestas, se había convertido en el objetivo de todos los ataques de la noche, dejando a un lado al que hasta ahora era el líder indiscutible, Joe Biden.
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Biden a la defensiva
El exvicepresidente estadounidense dedicó parte de la noche a defender su integridad, su nombre y el de su familia. Y Sanders a dar mensajes de confianza a los votantes sobre su estado de salud. Algunos explícitos. Y otros, no tanto.
Este era el primer debate tras el proceso de “impeachment“ puesto en marcha por los demócratas. Warren respondió durante tres horas los ataques de sus rivales hacia las primarias sobre sanidad, reforma fiscal, aborto, tecnología y la polarización política en Washington, que dejaron claro que la consideran como un riesgo real en la carrera hacia la nominación presidencial del partido.
Mientras, Biden desapareció poco a poco del escenario de la universidad de Otterbein, Ohio. Le han pasado factura los ataques de Trump, sobre el cargo de su hijo Hunter Biden en el consejo directivo de la empresa de gas ucraniana Burisma, cuando él era vicepresidente de Estados Unidos en la administración Obama.
Biden negó haber cometido error alguno. “Mi hijo no hizo nada mal. Yo no hice nada mal“, insistió el exvicepresidente. Aseguró Biden que está orgulloso del criterio de su hijo, horas después de que Hunter lo dejara entre interrogantes en una entrevista en televisión. Ambos niegan las acusaciones.
Y otros demócratas, como el senador de Nueva Jersey, Cory Booker, pidieron que se dejara al margen este asunto, al considerarlo “mentiras y falsedades del presidente“. No se volvió a mencionar a lo largo de la noche.
El impeachment y Siria
impeachmentEl debate organizado por CNN y the New York Times arrancó con una pregunta sobre el proceso de destitución abierto por los demócratas contra el presidente de Estados Unidos. La gran mayoría de demócratas mostraron su apoyo al impeachment y subrayaron su obligación política de seguir adelante con ello. “Trump es el presidente más corrupto de la historia“, aseguró el senador de Vermont, Bernie Sanders, al que siguieron Biden y la senadora de California, Kamala Harris.
Otro tema importante de la noche fue la orden de Trump de retirar las tropas estadounidenses del norte de Siria. Los demócratas acusaron al presidente de traicionar a los kurdos y sus aliados, y abrir la puerta a que el Estado Islámico recupere fuerza en la región.
Cobró protagonismo el alcalde de South Bend (Indiana) Pete Buttigieg, que sirvió en Afganistán en 2014, tras sus intercambios sobre el papel militar de Estados Unidos con la congresista de Hawaii, Tulsi Gabbard, así como con Warren sobre sanidad y con el excongresista Beto O´Rourke sobre un mayor control de armas. “No necesito que tú me des lecciones de valentía, política o personal“, respondió Buttigieg a O´Rourke, que promete retirar las armas de asalto a todos los estadounidenses, mientras el alcalde le pedía que dejara a un lado los golpes de efecto electorales para centrarse en respaldar los avances bipartidistas del Congreso.
Muchos de los análisis posteriores al debate también sitúan a la senadora de Minesota, Amy Klobuchar, como una de las ganadoras de la noche. Tras haber pasado desapercibida en gran parte de los debates anteriores, Klobuchar pasó a la ofensiva y despuntó anoche al dar detalles desde su perspectiva como senadora sobre la estrategia y argumentos demócratas para comenzar un juicio político contra Trump.
Pocas veces en la historia un debate electoral ha empezado con preguntas sobre un proceso de destitución contra un presidente en el cargo, con además la participación de cinco senadores y una congresista que tendrán un papel relevante en el proceso en el Senado y la Cámara de Representantes, y en la investigación abierta sobre las supuestas presiones de Trump a Ucrania para investigar a los Biden.
Sanders, tras su infarto
Los ojos de la noche también estuvieron puestos en Sanders, tras el ataque al corazón que sufrió hace dos semanas. Sanders aseguró estar sano y tener energía suficiente para seguir adelante con su campaña electoral. Una de las moderadoras del debate, la presentadora de CNN Erin Burnett, centró parte de sus preguntas en la edad de los tres candidatos demócratas que lideran las encuestas con más de 70 años: Biden, Warren y Sanders. Los tres respondieron hablando de fuerza y experiencia.
Las encuestas más recientes han dibujado una leve caída del exvicepresidente y un ascenso progresivo de la senadora de Massachusetts, que ha conseguido incluso superar al vicepresidente en el último sondeo de Quinnipiac y situarse por primera vez en primera posición, con un 30% de intención de voto. Biden y Warren pelean por el primer puesto en gran parte de las encuestas, mientras Sanders ha caído varios puntos tras su hospitalización. El senador de Vermont asegura que va a seguir adelante y ha recibido el apoyo de la congresista de Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez, según publicaron anoche los medios estadounidenses justo al terminar el debate.
En cuarta posición en la media de encuestas de Real Clear Politics figura Buttigieg, seguido por Harris, O´Rourke y el empresario Andrew Yang. Por detrás están Booker, Klobuchar, el millonario Tom Steyer, el exsecretario de Vivienda, Julián Castro, y la congresista Tulsi Gabbard. Estos últimos pertenecen al denominado “pelotón del 2%“, porque su apoyo oscila este porcentaje y tiene pocas perspectivas de mejorar a corto plazo.
Para ellos, este debate era decisivo. Un mayor protagonismo significa un mayor impulso en las encuestas y las partidas de recaudación, que sustentan la longevidad de una campaña electoral.
En total, doce demócratas participaron en este debate. Y otros siete más no consiguieron cumplir los requisitos para hacerlo: Marianne Willamson, Michael Bennet, Steve Bullock, John Delaney, Wayne Messam, Tim Ryan y Joe Sestak. Para ellos también es un momento clave. El próximo debate de noviembre tendrá unas reglas de participación aún más estrictas.
Habrá que ver qué campañas siguen en pie a partir de ahora, cuando quedan cuatro meses para que arranquen las concurridas primarias demócratas en Iowa. Y la carrera está cada vez más tensa y ajustada hacia 2020.