La policía de Nueva York ofrece una recompensa de 50.000 dólares por una información que pueda dar con el autor del tiroteo en el metro de Brooklyn. Frank James, de 62 años y que está en busca y captura, tiró una bomba de humo antes de empezar con sus 33 disparos de manera indiscriminada contra los pasajeros. Uno de los testigos que pudo sobrevivir cuenta desde el hospital cómo vio a una mujer embarazada a la que había disparado y se abrazó con ella.
El desgarrador testimonio de un joven que estaba sentado al lado del autor del tiroteo cuenta cómo se abrazó con una mujer que estaba embaraza y acababa de recibir un disparo: "El mayor dolor que he sentido en mi vida. Había una mujer embarazada, le habían disparado, la abracé y ahí fue cuando recibí un disparo", explica el joven desde la cama del hospital.
Se busca a una persona de 62 años, de complexión fuerte y que había subido varios vídeos a las redes sociales en los días previos. Frank James es el principal sospecho del tiroteo de Nueva York y al que está buscando la policía, y habría tirado una bomba de humo en el vagón antes de hacer 33 disparos entre los pasajeros.
La masacre podía haber sido aún peor porque la policía ha encontrado varios cargadores y un arma que se había encasquillado y no pudieron ser disparados. “Veía como la gente se desplomaba en la calle”, dice uno de los testigos. Las autoridades descartan que pueda ser un ataque terrorista, pero el tiroteo se convirtió en una masacre.
"Tenemos una situación de un tirador activo en estos momentos en la ciudad de Nueva York", explicó la gobernadora del estado, Kathy Hochul, en rueda de prensa.
Los bomberos y la Policía acudieron sobre las 8:30, hora local, en plena hora punta, a la estación de metro de Calle 36, en el vecindario de Sunset Park de Brooklyn, tras una llamada alertando de la presencia de humo. Al llegar al lugar encontraron a varias personas heridas de bala y varios dispositivos sin detonar, supuestamente también bombas de humo.
Un vídeo difundido por la prensa neoyorquina el muestra cómo se abren las puertas de uno de los trenes y comienzan a salir pasajeros entre humo que sale del interior. Momentos después salen al menos tres personas cojeando y una de ellas se tiende en el suelo del andén tras dejar atrás un rastro de sangre mientras el resto de transeúntes se marcha o graba a la persona herida con sus teléfonos móviles.