Cuando en diciembre de 2019 se tuvo conocimiento oficial de las primeras víctimas mortales por Covid-19 en Wuhan, China, nadie podía presagiar que en cuestión de semanas aquel virus pondría en jaque al mundo entero.
El origen del brote surgió, dicen las crónicas oficiales de finales de enero de 2020, en un mercado de mariscos al sur de China donde residentes y turistas podían comprar mapaches, víboras, roedores, zorros y murciélagos, entre otros animales silvestres y del mar, que se llevaban a casa para comer.
Los primeros afectados, fueron los vendedores y compradores. No tardaron en llegar las primeras conclusiones de médicos especialistas que deducían que el brote se originó de animal a persona. Todo apuntaba a que ese animal era el murciélago y principal causante de la pandemia.
El Washington Post se hacía eco la semana pasada de unos informes que indicarían que el virus podría haberse "escapado" de un laboratorio chino a causa de los problemas en materia de protocolo de seguridad en en dicho laboratorio. Estas informaciones provenían de dos informes de inteligencia estadounidenses a los que había tenido acceso el WaPo.
Dos años antes de que la nueva pandemia de coronavirus volcara el mundo, describe el Post, los funcionarios de la embajada de EE. UU. visitaron en varias ocasiones un centro de investigación chino en la ciudad de Wuhan y enviaron dos advertencias oficiales a Washington sobre la seguridad inadecuada en el laboratorio, que estaba realizando estudios de riesgo sobre el coronavirus de murciélagos. Los informes no concluyen si ese laboratorio u otro fueron el origen del virus, y ni si es verdad que fuera una mutación genética.
En enero de 2018, la embajada de EE. UU. en Beijing envió repetidamente a diplomáticos científicos estadounidenses al Instituto de Virología de Wuhan (WIV), que en 2015 se convirtió en el primer laboratorio de China en lograr el más alto nivel de seguridad internacional en investigación biológica (conocido como BSL -4). La delegación estadounidense fue liderada por Jamison Fouss, el cónsul general de Wuhan, y Rick Switzer consejero de medio ambiente, ciencia y tecnología de la embajada. La semana pasada, el Instituto de Virología de Wuhan borró esa visita de su web, aunque sigue archivada en Internet.
Los informes advertían por un lado de la preocupación en los "protocolos de seguridad y sanitarios" y proponían al gobierno estadounidense dar apoyo en esta materia. Además se ponía de manifiesto que se estaba investigando sobre el coronavirus de murciélago y su posible transmisión humana porque esto podía representar un riesgo de una nueva pandemia similar al SARS.
Dichos informes a juicio de las fuentes del Post, no eran para alarmar, más bien para que Estados Unidos les ayudase en las necesidades que tenían de protocolarizar su trabajo.
"Lo más importante según el WaPo", es que los informes cuentan que "los investigadores también mostraron que varios coronavirus similares al SARS pueden interactuar con ACE2, un receptor humano identificado para el coronavirus del SARS. Este hallazgo sugiere que los coronavirus de los murciélagos similares al SARS pueden transmitirse a los humanos para causar enfermedades similares al SARS. Desde una perspectiva de salud pública, esto hace que la vigilancia continua de coronavirus similares al SARS en murciélagos y el estudio de la interfaz animal-humano sean críticos para la predicción y prevención de brotes de coronavirus emergentes en el futuro ”.
La investigación en el laboratorio chino "fue diseñada para prevenir la próxima pandemia similar al SARS, anticiparse e investigar cómo podría surgir", cita el Post. La controversia sin embargo continúa porque en 2015, "otros científicos cuestionaron si el equipo de Shi estaba tomando riesgos innecesarios. En octubre de 2014, el gobierno de Estados Unidos con Barak Obama al frente, impuso una moratoria sobre la financiación de cualquier investigación que pueda provocar que un virus sea más mortal o contagioso, conocidos como experimentos de "ganancia de función", apunta el WaPo.
"Como muchos han señalado, no hay evidencia de que el virus que ahora asola el mundo haya sido diseñado. Los científicos coinciden en gran medida en que proviene de animales. Pero eso no es lo mismo que decir que no provienen del laboratorio, que ha pasado años probando coronavirus de murciélago en animales" declara Xiao Qiang, científico investigador de la Facultad de Información de la Universidad de California en Berkeley en el reportaje.
En todo caso, las teorías conspiratorias se han multiplicado en los últimos días, generando un cruce de acusaciones entre las dos grandes potencias económicas mundiales: China, el país de donde nació el virus, y Estados Unidos, el país con más infecciones y decesos relacionados con el coronavirus.
El gobierno estadounidense está oficialmente investigando la hipótesis de que el coronavirus fue creado en un laboratorio en China y que Pekín mintió al informar que surgió de forma natural en un mercado de Wuhan, según han reconocido funcionarios de inteligencia y de seguridad nacional.
La teoría sugerida por el propio presidente Donald Trump y sus colaboradores, considera que China ocultó desde un principio el alcance real del coronavirus e información clave que podría haber detenido su propagación por el mundo. No obstante, descarta que se tratase de un ensayo de armas biológicas.
"Se está haciendo un examen exhaustivo de esta horrible situación", ha manifestado el mandatario republicano recientemente. También el presidente del Estado Mayor Conjunto, Mark Milley, se ha manifestado reconociendo esta semana que la inteligencia de Estados Unidos está "analizando" la cuestión de si el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio: "Solo diría que, en este punto, no es concluyente, aunque el peso de la evidencia parece indicar el (origen) natural. Pero no lo sabemos con certeza", declaró Milley en una entrevista. “Una vez que superemos la pandemia tendremos oportunidad de mirar hacia atrás y descubrir realmente qué ocurrió”, afirmó.
Preguntado el Secretario de Estado, Mike Pompeo por las informaciones de su Departamento de Inteligencia, respondió que "el Partido Comunista Chino no dio acceso a los investigadores estadounidenses cuando lo necesitábamos, en el momento más importante, al principio de la crisis".
Otra de las razones por la que Pompeo apuesta por la teoría del laboratorio es, porque “sabemos que el Instituto de Virología de Wuhan está a unos 13 kilómetros de donde estaba el mercado de alimentos frescos. Sabemos que el virus en sí se originó en Wuhan. Así que todas esas cosas se unen”. Pero no hay conclusión ninguna.
Esta teoría también la respalda el Premio Nobel de Medicina Luc Montagnier, uno de los ganadores del premio Nobel por descubrir el virus del VIH. En varias entrevistas Montagnier asegura que en el análisis genético del virus hay modificaciones sustanciales del genoma que solo pueden llevar a cabo los humanos. " El virus puede haber sido creado por médicos chinos que podían estar trabajando en una vacuna contra el VIH porque el genoma completo de este coronavirus tiene secuencias muy semejantes a las del virus del sida", ha afirmado el premio Nobel.
Y a todo esto se une la denuncia de Taiwán. A principios de febrero, el director de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesu hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que dejara de politizar la lucha contra el nuevo coronavirus, para inmediatamente cargar contra Taiwán.
Tedros Adhanom les dijo a los periodistas que había experimentado amenazas de muerte e insultos racistas y que llegaban de Taiwán: “si quieres que sea específico, hace tres meses, este ataque vino de Taiwán. Necesitamos ser honestos".
La raíz del problema con Taiwán es la reclamación histórica de la dictadura China sobre el territorio. El partido comunista chino nunca ha tenido control control sobre el país, pero casi todos los gobiernos del mundo reconocen solo la soberanía del gobierno en Beijing por miedo a China. Como resultado, China ha impedido que Taiwán sea miembro de organizaciones internacionales. Pero Taiwán lleva liderando décadas una campaña para ingresar en la OMS, argumentando que su reconocido sistema de salud le otorga un lugar en la agencia de salud pública del mundo.
Según denuncia Taiwán, sus autoridades enviaron un informe detallado de lo que pasaba con el coronavirus, las implicaciones para la salud a la OMS. La isla, que se encuentra a 161 kilómetros de China continental cuenta con muy pocos contagiados. Los expertos en salud pública de todo el mundo, han elogiado la respuesta de Taiwán a Covid-19. Es más, Taiwán ha estado donando a los países europeos material sanitario durante estos meses, y en una alocución inusual, Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, agradeció públicamente a Taiwán la donación de máscaras a la Unión Europea en un paso sorprendente.
El 28 de marzo, la reportera de Radio Televisión Hong Kong (RTHK), Yvonne Tong, entrevistó a Bruce Aylward, asesor principal de la OMS, y uno de los investigadores - científicos estadounidenses que no habría tenido acceso a los laboratorios de Wuhan, según la denuncia de los informes de inteligencia del Departamento de Estado. Entre otras preguntas, Tong le preguntó a Aylward si la OMS consideraría permitir que Taiwán se uniese a sus filas como miembro, tras los informes que alertaban del encubrimiento de China de los riesgos de pandemia. La entrevista se cortó abruptamente.
Taiwan ha encontrado evidencias de que los ataques contra la OMS salían de China inculpando a Taiwan para provocar una guerra contra Taiwan y sus autoridades.
William Yang
China por su parte, ha rechazado de lleno la teoría "conspiranoica" del laboratorio. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y numerosos expertos tampoco apoyan la hipótesis del gobierno estadounidense. "La posición de China ha sido clara sobre el origen y las rutas de transmisión del nuevo coronavirus", ha señalado el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian.
El Director de la Organización Mundial de la Salud ha declarado en repetidas ocasiones que no ha habido ninguna evidencia que indique que el virus se haya creado en el laboratorio. Muchos expertos médicos de renombre en todo el mundo también han descrito teorías como 'fugas de laboratorio' como carentes de pruebas científicas, apunta China.
El diplomático chino también ha publicado un video en el que Robert Redfield, director de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) decía a congresistas durante una audiencia, que "algunas muertes ocasionadas por el coronavirus fueron descubiertas post mortem en Estados Unidos".
Poco después subía el tono y tuiteaba:"Es posible que haya sido el ejército estadounidense el que trajo la epidemia a Wuhan". "¡Estados Unidos debe ser transparente! ¡Y debe publicar sus datos! Estados Unidos nos debe una explicación", agregó. Zhao no se basa en ningún estudio científico. Se limitó a tuitear enlaces a dos artículos de la web de Global Research, conocido por difundir tesis conspiratorias.
Científicos y especialistas de todo el mundo no han cesado de trabajar en estudios que indican que el análisis del genoma del coronavirus SARS-CoV-2, responsable de la enfermedad COVID-9, se originó en murciélagos, pero aún no se sabe a ciencia cierta si el virus saltó desde un murciélago, o hubo un animal intermedio. “El virus es un coronavirus típico de los murciélagos que ha desarrollado la capacidad de infectar a otros mamíferos, y los murciélagos también son mamíferos”, asegura el doctor Gregory Poland, director de investigación de vacunas en la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota. “Lo que está haciéndose evidente es que el origen natural de esto, encaja con las dinámicas de contagio y la biología de todo ello”. “Es la explicación más simple, obvia y probable”, concluye el doctor.