Miles de taxistas estuvieron durante 12 horas bloqueando las principales vías de acceso a la Ciudad de México. El motivo: pedir la inhabilitación de las aplicaciones de transporte privado o, al menos, según ellos, que cumplan la ley.
Algunos de los taxistas quemaron sus licencias en el centro de la avenida más importante de Ciudad de México, el Ángel de la Independencia. La diferencia que tienen es que los taxistas tienen una licencia de uso público, la misma que utilizan los conductores de ambulancias, y un mercado negro en el que una concesión estatal cuesta al menos 2.500 dólares. Muy parecido a lo que ocurrió en España…
Ciudad de México fue la primera ciudad de América Latina en regular los servicios de Uber, aunque los taxistas llevan reivindicando sus derechos durante meses.
Finalmente, el Gobierno se comprometió a revisar la legalidad de las aplicaciones de transporte internacionales, a tomar varias medidas para acabar con la corrupción en los trámites relacionados con las concesiones de taxis y a crear una aplicación telefónica gratuita para los taxistas.
Los manifestantes anunciaron que iban a parar los bloqueos.