Son miles, millones de familias las que tratan de huir como sea. Según el último informe de la ONU, los talibanes ya han empezado a ir casa por casa buscando a los afganos que han colaborado con occidente. También han comenzado las torturas y los asesinatos entre las minorías religiosas.
Que los talibanes se hubieran moderado era una fantasía ya desmoronada. Sus gestos les muestran, como de costumbre, atacando irracionalmente, por ejemplo, al hombre que pasea con la bandera afgana. Sin miramientos para quien ofende su infame credo.
Las milicias talibanes apuntalan su autoridad a base de golpes y también de muerte porque en las últimas horas se ha conocido el asesinato del familiar de un periodista afgano que trabajaba para la televisión pública alemana.
Quien se expresa o lo ha hecho en el pasado está en la diana y si ha dejado el país, entonces un padre, una hermana o una hija son el objetivo. Según la ONU, ahora la caza contra los "llamados" colaboradores de occidente sería puerta por puerta.
También, denuncia Amnistía Internacional, que la prueba de que sólo intentan maquillar su imagen, mostrándose pacíficos, es que hace tan sólo un mes asesinaron a 9 miembros de una familia hazara.
Las minorías de todos los tipos tiemblan ante este cruel desembarco, pero a ellas no consiguen ni encerrarlas, ni callarlas.