Los militares que protegen las puertas del aeropuertos lanzan botes de gas y disparan al aire para dispersar a la multitud que se concentra, pero en las calles próximas la violencia y la tensión es aun peor. Los puntos de control bajo el mando talibán complica la llegada de los que quieren abandonar el país. Registros, revisión de documentos e inspección completa antes de permitir que sigan su camino.
Es una situación muy peligrosa para familias enteras que intentan salir del país con los niños. Hay empujones, carreras y gente como una mujer y sus hijas que acaban en el suelo a punto de ser pisoteadas por la avalancha, como en la que se dispersó la hija de uno de los colaboradores evacuados por España, según ha contado la ministra de Defensa Margarita Robles.
En estas estampidas han muerto ya varias personas, dispuestas a jugarse la vida mientras exista una pequeña oportunidad de huir del infierno que es Afganistán. La situación es caótica y ya dura cinco días sin que parezca mejorar. Por el contrario, EEUU ha prometido quedarse más allá del 31 de agosto para mantener bajo su mando el aeropuerto, pero nadie puede garantizar nada.
El Ministerio de Exteriores alemán ha reconocido que la situación en torno al aeródromo sigue siendo "peligrosa y volátil" y la Embajada habla de un contexto "extremadamente confuso", como atestigua una persona consultada por la agencia de noticias DPA y que ha alertado de una desesperación creciente en las inmediaciones, donde habría cientos de personas.
El coordinador médico de la ONG Emergency, Alberto Zanin, ha advertido igualmente de "caos en la zona". Hasta el hospital que la organización gestiona en Kabul han llegado en las últimas horas "al menos" cinco nuevos pacientes con heridas de bala, procedentes de las inmediaciones del aeródromo, explica en Twitter.
Una portavoz del Gobierno de Alemania, Ulrike Demmer, ha confirmado que un ciudadano alemán ha sufrido una herida de bala precisamente cuando se dirigía al aeropuerto para ser evacuado y está recibiendo tratamiento médico. "Su vida no corre peligro", por lo que Berlín espera completar "pronto" su salida.