Pese al intento de lavar su imagen, los talibanes han mostrado hoy sus verdaderas intenciones en Afganistán, donde los radicales islamistas han reprimido a tiros las manifestaciones contra el cambio de régimen que se han sucedido en varias ciudades del país.
Ha sido a escasos 150 kilómetros de Kabul, en Jalalabad, donde han abierto fuego contra los asistentes a la protesta, provocando al menos la muerte de tres personas, aunque distintos medios elevan las cifras más allá de la decena, entre docenas de heridos.
Concretamente, el tiroteo se produjo cuando los manifestantes intentaron cambiar la bandera talibán por la tricolor de Afganistán.
En este escenario, la evolución de los acontecimientos en el país no hace presagiar nada bueno. Apenas un día después de que los talibanes aseguraran, en rueda de prensa, que no iban a tomar represalias, los hechos evidencian otra realidad.
En este sentido, nadie se fía. Son muchos y muchas los que consideran que “no son honestos y nunca hacen lo que prometen”.
Ejemplo de ello son sus promesas en las que aseguran que respetarán a las mujeres y las niñas siempre “dentro de la ley islámica”, mientras en las calles se afanan hasta en borrar los rostros de las mujeres que aparecen en cualquier cartel…
En otra imágenes han quedado también registrada la amnistía que proponen los talibanes, poniendo de rodillas a cualquiera que decidan que es un enemigo, mientras les apuntan con armas de guerra, por si acaso. Ahora ellos son la autoridad.