Son los talibanes del siglo XXI. Aunque sus ideas continúan siendo medievales, sus armas son ahora ultramodernas. Los nuevos señores de Afganistán se han quedado con buena parte del arsenal que Estados unidos ha dejado en el país, y lo exhiben orgullosos mientras patrullan por Kabul.
De la inversión de Occidente en estas dos últimas décadas para entrenar al ejército afgano, también se aprovecharon los talibanes allí infiltrados. Habilidades de combate, misiones de riesgo, patrullaje e inspecciones en los puestos de control, son algunas de las técnicas adquiridas, asegura un miembro de las fuerzas especiales.
Además, equipos como helicópteros, aviones de carga o vehículos armados quedaron en el aeropuerto de Kabul, recién reabierto para vuelos internos, y cuyos accesos controla esta patrulla talibán. Con semejante arsenal, se sienten crecidos en su ofensiva sobre el Valle del Panshir.
Tras el recrudecimiento de los combates en los últimos días, los fundamentalistas aseguran estar cada vez más cerca de conquistar el único bastión de la resistencia que queda en Afganistán.
Por otra parte, el líder político de los talibán, el mulá Abdul Ghani Baradar, ha anunciado este domingo que se han acelerado las gestiones para el establecimiento de un gobierno inclusivo para Afganistán y que éste será anunciado "pronto".
"Puedo asegurar a la gente que estamos haciendo todo lo posible para mejorar las condiciones de vida y que el gobierno será responsable con todo el mundo y proporcionará seguridad porque es necesaria para el desarrollo económico", ha afirmado Baradar en una entrevista con la cadena Al Yazira.
"Si logramos dar seguridad, superaremos otros problemas y se pondrá en marcha la rueda del progreso y el avance", ha añadido el que se especula podría ser el nuevo líder político afgano. Otras figuras como el mulá Mohammad Yaqub, hijó del mulá Omar, fundador de los talibán, o Mohammad Abbas Stanikzai podrían tener cargos relevantes en el nuevo gobierno.