Ahora sí se pone interesante. Tras 10 debates demócratas, 155 delegados asignados y con 5 candidatos en pie tras la retirada hoy mismo de Amy Klobuchar, por fin llegamos a uno de los momentos clave en esta disputa por dominar la representación demócrata. Mañana se vota en 14 estados y la Samoa Americana (donde viven un total de 130 millones de habitantes), lo que se traduce en el reparto de 1.357 delegados. El círculo se estrecha cada vez más y, si nada lo impide, pronto intuiremos quién será el posible ganador de las primarias demócratas.

Mucho se ha hablado de ellos, pero poco se ha explicado quiénes son estos famosos delegados. Se trata de los emisarios de los votos que se recogen en cada estado. En este país la votación es indirecta, así que ellos son los encargados de representar las decisiones de los votantes en la Convención Nacional Demócrata que tendrá lugar del 13 al 16 de julio en Milwaukee, Wisconsin.

En total hay 3.979 delegados, y para que un candidato se haga con el trono demócrata tiene que conseguir más de 1.990. De momento, quien más delegados acumula es el izquierdista Bernie Sanders con 56, le sigue muy de cerca el ex vicepresendente Joe Biden, con 48 delegados tras su aplastante victoria en las primarias de Carolina del Sur. Por detrás, Elizabeth Warren (8), que pasa a un tercer puesto tras la retirada de Pete Buttigieg.

Si todo va bien, es decir, si no se repite el caos que vivimos en Iowa, el miércoles ya deberíamos ser capaces de empezar a perfilar al posible ganador, y digo posible porque aquí puede pasar de todo.

Si los delegados son importantes, los superdelegados son decisivos. Solo entrarán en juego si ningún precandidato demócrata consigue, al menos, 1.991 delegados. Su voto puede ser peligroso, porque a diferencia de los delegados convencionales, que son elegidos por los electores, los superdelegados van por libre.

Son un total de 771 y su voto es independiente. Teniendo en cuenta los pocos amigos con los que cuenta Bernie Sanders en el establishment demócrata, si estos ¨súper elegidos¨ tienen que decidir, el izquierdista podría verse en serio apuros para ganar esta contienda demócrata. Todavía habrá que esperar, tenemos por delante 4 meses de carrera demócrata y 38 primarias y caucus.

De los 14 estados en los que se vota mañana, los importantes son los más poblados y, por lo tanto, los que tienen mayor número de delegados asignados: California (415) y Texas (228). El primero se encuentra en la costa este, viven 3 horas por detrás de la costa oeste (9 horas de diferencia con España). Esto significa que tendremos los nervios a flor de piel hasta el final, porque California será uno de los últimos estados en los que se hará el recuento.

Ambos son territorios que tienden a ser bastante liberales con una gran diversidad cultural y una importante mayoría de voto hispano. Motivos suficientes para entender porque Sanders lidera las encuestas en ambos lugares, seguido por Warren en California y Biden en Texas.

California, con alrededor de 5.4 millones de votantes registrados, es interesante porque en este estado se puede votar a pesar de no tener preferencia de partido, algo que podría sacar del letargo algunos moderados republicanos con ganas de votar.

Hemos visto sus caros anuncios incluso en la ´Super Bowl´, su poca habilidad en los debates demócratas nos ha hecho sufrir por él, pero lo que no sabemos todavía, y descubriremos mañana, es como funcionará su nombre en las papeletas de votación.

El ex alcalde de Nueva York, que hasta ahora no ha participado en ninguna de las 4 votaciones anteriores (Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur), llega al ´Súper Martes´ reforzado después de gastar millones y millones de su propia fortuna en conseguir votantes.

En una entrevista que concedió a un medio local, Bloomberg aseguraba que no cree que el carisma sea fundamental para ganar estas elecciones, consciente de que ha sido hasta ahora su talón de Aquiles, pero serán los electores quienes decidan mañana por la noche en las urnas.