Hay una foto que incomoda estos días al líder de la Liga y vicepresidente italiano, Matteo Salvini. En ella se ve de fondo a Gianluca Savoini, un hombre muy ligado a la Liga desde sus orígenes y que preside la fundación Italia-Rusia, en una cena reciente entre el Gobierno de Roma y el presidente ruso, Vladimir Putin. Savoini ocupa estos días el primer plano porque de unas conversaciones publicadas por el portal estadounidense BuzzFeed se extrae que sería el cabecilla de un oscuro negocio con miembros del Kremlin, que podría haber reportado a la Liga 65 millones de dólares de forma ilegal. La Fiscalía de Milán está investigando el caso por presunta corrupción internacional.

Investigación de financiación ilegal

El vicepresidente y ministro del Interior italiano ya ha dicho que no se ha llevado “un rublo” de Rusia y que no conoce de nada a Savoini. Pero las relaciones con su partido se remontan a los años noventa, cuando se inscribió a la formación, y la foto con Putin revela que alguna capacidad de influencia tiene en el Ejecutivo italiano. Desde el Gobierno, en el que conviven la Liga con el Movimiento 5 Estrellas, informaron de que la invitación al encuentro con Putin la tramitó Claudio D’Amico, otro consejero en asuntos internacionales de la Liga. La conexión parece evidente.

Otra cosa será demostrar la culpabilidad. En un primer interrogatorio con los fiscales de Milán que se han hecho cargo del caso, Savoini se acogió a su derecho de no pronunciar palabra. Las dijo todas en las grabaciones recogidas por BuzzFeed, en las que sus interlocutores rusos confirman que una comisión del 4% para la Liga sería lo adecuado, tras cerrar un acuerdo entre una compañía petrolera rusa y otra italiana. De ese porcentaje saldrían los citados 65 millones de dólares. “Es muy importante en este periodo histórico y geopolítico en el que Europa está cambiando. Una nueva Europa debe estar más cerca de Rusia, como antes”, se escucha supuestamente a Savoini, quien negó que la voz fuera suya.

Salvini, Putin y la relación con Estados Unidos

El encuentro se produjo en octubre del año pasado en Moscú, a unos meses de las elecciones europeas, en las que la Liga pretendía que Salvini se convirtiera en una especie de Putin dentro de la UE. Y en esa tarea, Savoini era uno de los hombres clave por sus contactos. Además de él, que ejerció durante años durante periodista y que estuvo relacionado con distintos grupos de extrema derecha, hay otras personas investigadas, como abogados y asesores del partido de Salvini, que habrían participado en las negociaciones con los rusos. La Justicia, por el momento, no ha encontrado pruebas de que la Liga haya recibido esos 65 millones de dólares.

Italia siempre ha jugado una posición ambivalente entre el pacto atlántico con Estados Unidos y la amistad con Rusia, a la que Italia se ha acercado aún más con este Gobierno populista. La Liga mantiene un acuerdo formal de colaboración con el partido del presidente ruso. Y no es ningún misterio que la imagen de hombre fuerte, nacionalista y guardián de la tradición que proyecta Putin sea un modelo para el ministro del Interior italiano.

Ambos se han reunido en numerosas ocasiones, sin que esto penalizara electoralmente a Salvini. Sin embargo, los hechos que se están investigando tienen una especial gravedad, ya que la Liga se habría servido de su presencia en las instituciones y de la cercanía con el Kremlin para sacar beneficio económico a través de comisiones ilegales. La formación ultraderechista fue condenada el pasado año a pagar 49 millones al Estado por un fraude de su fundador, Umberto Bossi, y aunque consiguió prorratear la multa en un cómodo plazo de 60 años, se quedó sin un euro en su caja fuerte. De ahí que la sombra de la financiación rusa se alargue también desde hace meses.

Comisión parlamentaria para investigar

En su hábil manejo de la comunicación, el ministro del Interior italiano insiste en hablar de otros temas. Ya ha remarcado que no piensa dar explicaciones por algo que considera “una fantasía”. Por un momento pensó que sería una tormenta pasajera, pero sus propios aliados del Movimiento 5 Estrellas han olido la sangre y se lanzan al ataque. El líder de este partido, Luigi Di Maio, ya se ha mostrado favorable a la creación de una comisión parlamentaria para investigar el caso. Mientras que el primer ministro, Giuseppe Conte, primero mostró su apoyo a Salvini y más tarde cambió de opinión para pedir que su vicepresidente compareciera en el Parlamento.

Las últimas encuestas le dan al líder ultraderechista unas perspectivas por encima del 35%, lo que le podría haber impulsado a forzar elecciones anticipadas e intentar gobernar con el apoyo de otra fuerza soberanista. Sin embargo, nunca hasta el momento se le había visto perder la iniciativa como hasta ahora. No parece el mejor momento para lanzar un órdago de este tipo, por lo que, probablemente, la crisis de Gobierno tendrá que esperar.