Las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania parecen caer en saco roto. Aunque Moscú anuncia un alto el fuego en Mariupol para evacuar civiles a través de un corredor humanitario, ha estado bombardeando Chernígov y los alrededores de Kiev. La guerra deja imágenes como la de los soldados rusos muertos apilados en las calles. “Son solo niños”, dice un militar ucraniano.
El Ejército de Ucrania muestra el horror de la Guerra. En Irpín, ciudad recuperada por las tropas ucranianas, muestran los cadáveres de los soldados rusos caídos en la batalla. “Son solo niños”, denuncian.
Otro grupo de soldados de Vladimir Putin denuncia que ellos son solo estudiantes, apenas tienen 18 años y el miedo en sus ojos es claro. Se quejan de que su país les ha vendido y les ha soltado en el frente con armas que no disparan.
Ya hemos escuchado muchas veces la teoría de que Rusia envió a los soldados a la frontera con Ucrania diciéndoles que iban a simples maniobras. Y lo cierto es que los muertos, civiles y militares se cuentan por miles en la guerra de Ucrania.
Una guerra que parece no tener fin a pesar de las negociaciones de paz. Rusia ha vuelto a incumplir su promesa de rebajar los ataques contra Chernígov y los alrededores de Kiev, aunque afirma que hoy abrirá un nuevo corredor humanitario desde Mariúpol, la ciudad mas asediada en este momento.
Ni Europa ni Estados Unidos se creen las promesas de Rusia. Y mucho menos, el presidente de Ucrania, Volódimir Zelenski. Es cierto que las tropas rusas se están reubicando pero no es una retirada real sino más bien un traslado a otras posiciones en Ucrania. Un giro en su estrategia militar.
Y es que cada vez resuenan más los rumores de disonancia entre Vladimir Putin y sus asesores y líderes militares. Desde la Casa Blanca creen que recibe información falsa o edulcorada de la invasión por sus fracasos más que evidente y sobre todo por la dura resistencia de las fuerzas ucranianas.