Mariúpol, la ciudad ucraniana más castigada por las tropas rusas desde el inicio de la guerra, se ha convertido en todo un infierno. Los de Vladimir Putin han permitido hoy, por primera vez, que se abrieran corredores humanitarios para evacuar a la población. Una población devastada por el horror de la guerra, que ha destruido infraestructura, arrasado con los recursos y castigado sin piedad, a los civiles.
La primera viceministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, ha confirmado que han podido salir 75.000 personas por los corredores humanitarios de Mariúpol, pero todavía quedarían 100.000 personas que necesitan ser evacuadas. Además, la Fiscalía está investigando violaciones en masa por parte de las tropas rusas y chechenas de mujeres, niños y niñas. Son las propias mujeres que han conseguido escapar del este infierno en el que se ha convertido Mariúpol las que denuncian estos crímenes.
Vladimir Putin ha convertido Mariúpol en una gran fosa común. Las tumbas de al menos 5.000 muertos comienzan a estar por todas partes. También al lado de un parque infantil que logra resistir y convertirse en la única referencia para los exhaustos vecinos de cómo era su vida anterior al asedio constante de las tropas rusas y a la aniquilación total de esta ciudad, de 400.000 habitantes, en la que ya solo malviven, escondidas, 160.000 almas.
No tienen comida, bebida ni nada para calentarse. Siguen esperando la llegada de los 45 autobuses de Cruz Roja ya preparados con la ayuda humanitaria. Si se cumple el alto al fuego, evacuarán a quien quiera abandonar esta escombrera en la que se han convertido la cuidad. Incluso quienes ya han logrado salir viven atormentados tras tantos días soportando los combates. "Mariúpol es el infierno" sentencia Olga. El 80% de la ciudad, ya no existe.