Rusia bombardea y arrasa el este de Ucrania en su camino hacia la conquista del Dombás. La guerra de Ucrania continúa 63 días después y las tropas de Vladimir Putin no dejan de bombardear ciudades como Járkov o Jersón.
Unas maniobras de destrucción que, según los servicios de inteligencia británicos, podrían estar empezando a dar sus frutos con la toma de pequeñas localidades por parte del Ejército ruso en su lucha por hacerse con el Donbás. Unos primeros avances que los rusos se esfuerzan por grabar y difundir, con imágenes izando la bandera de su país en cada pequeño territorio del este con el que logran hacerse.
Las tropas del Kremlin bombardean sin descanso las zonas que todavía no controlan. Y avanzan lentamente pero sin pausa. Cada un día un puñado de pequeñas localidades cae en manos de los invasores. Ucrania pierde territorio. Aún así, las tropas de Volodímir Zelenski cuentan con una ingente cantidad de misiles antiaéreos y antitanque proporcionados por occidente. También con drones, ya no solo de origen turco. Y con los que siguen haciendo mucho daño al enemigo.
Hoy mismo Ucrania ha vuelto a atacar territorio ruso. En concreto a Belgorod, ciudad cerca de la frontera que es centro logístico para el ejército de Putin.
Mientras, en Mariúpol, tras las bombas, llegan la desolación y la desesperación. La de los ancianos que hacen cola interminable para cobrar sus pensiones de las nuevas autoridades o la de los soldados y civiles heridos en la acería de Azovstal. La misma en la que Vladimir Putin ordenó que no entrara ni una mosca y donde agonizan atrapados varios metros bajo tierra sin medicamentos y sin apenas comida.