Rusia continúa con sus bombardeos en el sur de Ucrania. Uno de los últimos ha ocurrido en una zona hotelera de Zatoka, situada a pocos kilómetros de Odesa. El ataque ha dejado varios heridos, entre los que hay un niño. Las fuerzas ucranianas están desplegadas en la localidad costera ucraniana.
El ejército ruso quiere aislar la ciudad ucraniana de Odesa. Para lograrlo, su objetivo pasa por derribar el puente de Zatoka. La infraestructura conecta ambas orillas de la bahía que baña el mar Negro. Las fuerzas ucranianas han cortado el acceso por seguridad. Antes, un trayecto entre ambas localizaciones llevaba apenas 40 minutos, ahora asciende a tres horas.
Más allá de la pretensión de destruir el puente, los rusos han lanzado bombas sobre una zona hotelera de Zatoka repleta de civiles. El resultado es que hay varios heridos, entre los que hay un niño. Varias infraestructuras turísticas de la localidad han quedado destruidas o gravemente dañadas.
La Fiscalía de Menores ucraniana ha denunciado que los ataques rusos han matado a 227 menores desde el inicio de la invasión. También ha apuntado que 420 han resultado heridos. Según sus datos, la mayor parte de las víctimas, entre fallecidos y heridos, se ha registrado en Donetsk con 139. Después están Kiev (132), Járkov (99) y Chernígov (68).