En Ucrania ya no hay lugar seguro. Los rusos han vuelto a atacar esta noche Kiev, y desde el Ministerio de Defensa de Rusia ya han advertido este viernes de que "aumentará" la cantidad y el grado de la ofensiva contra la capital de Ucrania, en respuesta a un presunto ataque llevado a cabo por la fuerzas ucranianas en la localidad rusa de Klimovo, en la región de Briansk.
Según ha detallado el portavoz de la cartera de Defensa rusa, Igor Konashenkov, los sistemas de defensa antiaérea rusos han derribado el helicóptero Mi-8 ucraniano responsable del ataque, que tuvo lugar el jueves, ha recogido la agencia de noticias rusa TASS.
Por otro lado, las autoridades de la provincia de Briansk han introducido un estado de emergencia en Klimovo a raíz del ataque, según ha confirmado el gobernador provincial, Alexander Bogomaz, en declaraciones a la televisión rusa.
Según Bogomaz, las autoridades quieren "brindar toda la asistencia necesaria" para restaurar las casas afectadas, ha informado la agencia de noticias Interfax.
El Ministerio de Salud ruso informó de que ocho personas resultaron heridas como consecuencia del bombardeo, incluido un menor de casi dos años.
Las autoridades ucranianas han negado haber perpetrado el ataque. El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha acusado este viernes a Rusia de disparar contra su propio territorio y culpar a Ucrania, en base a unas conversaciones telefónicas interceptadas. "Esto se hace para provocar", puede oírse en la conversación, atribuida a efectivos rusos y recogida por la agencia de noticias ucraniana Ukrinform.
La Inteligencia de Ucrania avisó el martes de que los servicios especiales de Rusia planean llevar a cabo ataques terroristas en su propio territorio para "agitar" a la ciudadanía e "inyectar histeria antiucraniana".
Estos ataques se concentrarían sobre viviendas, hospitales y escuelas y, tras ellos, acusarían a las Fuerzas Armadas de Ucrania y a los batallones de voluntarios de "atrocidades".