Rocían con gas pimienta a una niña de 9 años para detenerla: sufrió una crisis nerviosa tras una pelea familiar

Las tácticas que utiliza la Policía para reducir y esposar a los detenidos afroamericanos en Estados Unidos han vuelto a ser duramente criticadas y cuestionadas por parte de diferentes medios de comunicación, políticos y usuarios en las redes sociales. El último caso que ha suscitado indignación en la población americana ha sido la detención de una niña afroamericana de 9 años en Rochester, en el noreste de Estados Unidos.

Al parecer, los agentes del estado de Nueva York recibieron una llamada alertando de un conflicto familiar en una de las casas de la ciudad de Rochester. Al llegar al lugar de los hechos, los policías vieron que se trataba de una disputa entre una madre y una menor.

Cuando intentaron intermediar en la pelea, la niña de 9 años comenzó a ponerse nerviosa y los agentes decidieron detenerla al, supuestamente, observar conductas suicidas. Tras la negativa de la menor, una de las policías decidió amenazarla: "Es tu última oportunidad antes que te rocié gas en los ojos”.

Al escuchar estas palabras, la menor se puso mucho más nerviosa y, fue entonces, cuando los agentes decidieron inmovilizarla y rociarla con gas pimienta. Al llenarle su rostro con el aerosol, los agentes la esposaron y la metieron dentro del coche patrulla donde fue detenida.

Las explicaciones de la Policía

Las imágenes que fueron grabadas gracias a una de las cámaras que llevaba un agente en su uniforme se han filtrado ahora a través de los medios de comunicación y de las redes sociales. Al recibir una oleada de críticas por sus violentas tácticas de reducción, la Policía del Estado de Nueva York ha tenido que realizar una rueda de prensa explicando los motivos de esta actuación.

Según ellos, se vieron obligados a utilizar el gas pimienta para impedir que la niña se dañase a sí misma. Además, la portavoz del departamento de Policía ha detallado que, tras producirse esta detención, la niña afroamericana fue trasladada hasta el Hospital General de Rochester donde recibió atención médica y, tras recuperarse, fue entregada a su familia.

Por su parte, Lovely Warren, alcaldesa de Rochester, ha condenado la actuación policial y ha asegurado que abrirá una investigación para comprobar qué sucedió en esta turbia detención policial.