Una pareja de Bovington, Inglaterra, estaba totalmente ilusionada con la llegada de su segundo bebé. Sin embargo, su felicidad se truncó cuando en una revisión de las 12 semanas de gestación, los médicos se dieron cuenta de que realmente no estaba embarazada sino que su 'bebé' era en realidad un tumor cancerígeno; tenía lo que se denomina, un embarazo molar.
Un embarazo molar es un tumor de crecimiento lento que se forma con células trofoblásticas, células del útero que ayudan a que el embrión se adhiera al útero y ayudan a formar la placenta después de que el espermatozoide fertiliza en un óvulo. Según el Instituto Nacional del Cáncer, por lo general es benigno pero puede transformarse en un tumor maligno llamado coriocarcinoma.
"Durante esas cinco semanas después de la prueba de embarazo, algo no lo sentía bien, es difícil de explicar, pero simplemente no me sentía embarazada" aseguró Victoria. Sin embargo, estaba ansiosa por tener a su bebé en brazos y contarles la noticia a sus seres queridos, cuenta al medio británico Daily Mail.
Tenía un "bulto demasiado grande" pero su madre le dijo que, seguramente, eso se debía a que esta vez se trataba de un niño y no una niña. No obstante, en la ecografía de las 12 semanas lo médicos ya detectaron que algo no iba bien, "lo que se suponía que era el bebé parecía casi un racimo de uvas" y detectaron que se trataba de un embarazo molar.
Sin perder tiempo, al día siguiente la pusieron bajo anestesia general para que le quitaran las células anormales, y dos semanas después los médicos confirmaron que eran cancerosas y comenzó un tratamiento de quimioterapia.