Europa sufre también el aumento de los contagios por la variante ómicron de la covid-19. La nueva ola de positivos está llevando a varios países a endurecer las medidas para frenar la pandemia, en algunos casos se están suspendiendo celebraciones navideñas o de Año Nuevo al tiempo que se reducen horarios y aforos en los locales y servicios de ocio.
El ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, ha informado este miércoles de que las autoridades sanitarias han confirmado 208.000 nuevos casos de COVID-19, una cifra récord que llega un día después del último pico de infecciones, más de 179.800. En una intervención en la Asamblea Nacional, Véran ha señalado que las cifras de la pandemia en Francia le dan "vértigo" y ha hecho hincapié en que "cada segundo, más de dos franceses son diagnosticados como positivos".
El titular de la cartera de Salud francesa ha advertido de que los ciudadanos se enfrentan a "dos enemigos", las variantes delta y ómicron, a la que ha tildado de "maremoto". En este sentido, ha alertado de que "la situación hospitalaria en Francia es preocupante" y ha puesto el foco en que el 70 por ciento de los pacientes de cuidados intensivos internados en los hospitales de la capital, París, no están vacunados. "Y de los que están vacunados, el 80 por ciento de ellos están básicamente inmunodeprimidos", ha agregado, según ha recogido BFMTV. Actualmente, hay cinco millones de franceses que aún no han recibido ni una dosis de la vacuna.
El Gobierno de Francia anunció el lunes una batería de nuevas medidas para hacer frente al recrudecimiento de la situación de la pandemia, entre las que destaca la imposición del teletrabajo entre tres y cuatro días a la semana durante las próximas tres semanas y el regreso a las clases para el próximo lunes. No obstante, las autoridades francesas han descartado un toque de queda para Nochevieja.
Entre las medidas adoptadas destaca la obligatoriedad del teletrabajo así como imponer la vacunación para acceder a las actividades de ocio.
También estudia retrasar la vuelta de los escolares a las aulas o implantar un toque de queda en las celebraciones de Año Nuevo.
El Ministerio de Salud de Reino Unido ha notificado este miércoles 183.037 nuevos casos de COVID-19, una cifra que constituye un nuevo récord en el país, inmerso en una significativa escalada de contagios desde hace unos días. En los últimos siete días, 914.723 personas han dado positivo por COVID-19 en Reino Unido, un balance que incluye cinco días de datos de Irlanda del Norte, tras un desajuste en la notificación de contagios debido a las fiestas navideñas.
Así, el cómputo global de Reino Unido ha ascendido hasta los 12.559.926 de contagiados desde que comenzó la pandemia, mientras que un total de 148.089 personas han fallecido a causa de la COVID-19, 57 más que en el balance anterior.
Por otro lado, el subdirector médico de Gales, Chris Jones, ha informado durante la jornada de que la variante ómicron del SARS-CoV-2 es ya la dominante en la región, después de que las autoridades hayan constatado 12.000 casos de la mutación durante la Navidad, según ha recogido la BBC.
Mientras, el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson, ha pedido a la ciudadanía que se administre la dosis de refuerzo de la vacuna contra la COVID-19 y que disfruten las fiestas de Año Nuevo "cautamente".
A pesar de la situación, el Gobierno británico ha garantizado que no impondrá más restricciones hasta 2022, aunque el ministro de Salud, Sajid Javid, pidió a la población "ser cauta" si acuden a fiestas de Nochevieja. El Gobierno de Reino Unido se ha visto obligado, eso sí, a reimponer ciertas restricciones ante el incremento de contagios y las preocupaciones que plantea la variante ómicron del SARS-CoV-2. Impuso la vuelta del teletrabajo o la obligatoriedad del certificado de vacunación para acceder a ciertas instalaciones, medidas previstas en lo que la Administración Johnson llama su 'Plan B', que presentó en septiembre por si la situación empeoraba.
El Ejecutivo de Johnson ha fiado el desarrollo de la situación de la pandemia en el país europeo al plan de vacunación contra la COVID-19. Hasta este miércoles, el 82,3 por ciento de la población británica cuenta con el esquema completo de inmunización, mientras que el 57,5 por ciento ya se ha puesto la tercera dosis.