Rescatan a dos osos enjaulados en la oscuridad durante 17 años
Xuan y Mo estaban encerrados en jaulas oxidadas en el sótano de una tienda
La tienda funcionaba como granja ilegal de explotación de bilis
Los alimentaban con verduras y frutas podridas
Completamente a oscuras encontraban este martes a Xuan y Mo, una pareja de osos asiáticos. Encerrados en jaulas oxidadas y sin apenas ventilación, hembra y macho se encontraban en el sótano de una tienda de ropa de Son La, al norte de Vietnam. Allí permanecieron atrapados durante 17 años. Los alimentaban con verduras y frutas podridas y sólo veían la luz artificial durante las extracciones a las que eran sometidos.
La tienda funcionaba como granja ilegal de explotación de bilis, una sustancia muy preciada en algunos países como China, Allí es utilizada como tratamiento de medicina tradicional. Incluso se llegó a recomendar su uso como remedio contra el COVID. Para obtener la bilis, cada día perforaban la vesícula biliar con sondas. Puñaladas para extraer la sustancia que les provocaron una enfermedad en el órgano.
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Xuan, el macho, además sufre sobrepeso y una enfermedad hepática. Fue encerrado en el año 2004, cuando sólo era un cachorro. También ha perdido varios dientes. Es algo común en los osos cautivos morder los barrotes de sus jaulas para intentar escapar.
Una tortura que ha terminado gracias a la organización mundial de bienestar animal Four Paws. Szilvia Kalogeropoulu, la veterinaria que los atendió, cuenta que "a pesar de haber sido explotados en condiciones tan horribles, tanto Mo como Xuan estaban bastante tranquilos y sin miedo". Los rescatadores primero los sedaron para poder sacarlos y realizar los exámenes médicos. Ahora les queda un largo camino hacia la recuperación. Vivirán en el santuario en Ninh Binh, junto a otros 40 osos, algunos de ellos víctimas también del comercio de bilis.
Tradicionalmente, la obtención de esta sustancia solían hacerla los cazadores tras la matanza. Sin embargo, en la década de 1980 comenzaron a extraerla de la vesícula de osos vivos, encerrados en jaulas o reducidos con la ayuda de una especie de camisa de fuerza. El procedimiento se realiza sin anestesia y resulta extremadamente doloroso para estos animales. Por eso, esta práctica es ilegal en Vietnam desde 1992.