La pandemia del coronavirus continúa haciendo estragos en Reino Unido, donde el último balance recoge 324 muertes más por COVID-19, lo que eleva el total a casi 40.000; una dolorosísima cifra que lo sitúa como el país con más decesos en Europa.
“Lamentando cada una” de las vidas perdidas, el ministro de Sanidad, Matt Hancock, que concretamente ha cifrado en 39.369 las muertes, ha precisado que, además, en la pasada jornada se han sumado 1.613 casos nuevos, lo que eleva el total de contagios a 277.985.
No obstante, y pese a que las cifras siguen siendo altas, Hancock ha querido incidir en que la presión hospitalaria si se está viendo reducida paulatinamente. Concretamente, ha dicho, durante el lunes hubo solo 436 ingresos en hospitales por el virus, “la cifra más baja desde el pasado 20 de marzo”. “Eso demuestra que estamos haciendo progresos”, ha dicho, en declaraciones recogidas por BBC de las que se hace eco Europa Press.
Intentando trasladar, dentro de la precaución, un mensaje de optimismo, el ministro afirma y considera que, en términos generales, las cifras muestran algo de aliento porque “la tendencia es claramente a la baja”. No obstante, puntualiza: “Todavía hay mucho camino por recorrer”.
Por otro lado, Hancock se ha referido al informe de la Sanidad inglesa, según el cual las minorías étnicas tienen más riesgo de morir de coronavirus que el resto de la población de Reino Unido debido a la desigualdades sociales.
"Está muy claro que algunas personas son significativamente más vulnerables a la COVID-19 y eso es algo que estoy decidido a analizar completamente y a actuar para abordarlo", ha dicho en relación al estudio, que recoge concretamente que las personas de ascendencia asiática y negras tienen entre un diez y un 50 por ciento más probabilidades de morir por COVID-19.
Hasta ahora, subraya el informe, el virus ha demostrado tener una mayor incidencia en la población negra. Y en ese sentido, el ministro de Sanidad británico recalca: “Black lives matter” (Las vidas de las personas negran importan), ha dicho, haciendo con ello alusión también a la lucha por la igualdad racial en Estados Unidos tras las protestas desencadenadas a raíz de la muerte de George Floyd, víctima de la brutalidad policial de un policía blanco.