Reino Unido se aproxima a la dramática cifra de los 20.000 fallecidos después de haber sumado 684 nuevas víctimas mortales del COVID-19; un dato que sería todavía mucho más desolador teniendo en cuenta que, por el momento, se siguen sin computar oficialmente por parte de las autoridades las muertes por coronavirus
Concretamente, en los hospitales británicos han fallecido ya 19.506 enfermos, al tiempo en que la cifra de contagiados sobrepasa los 143.000 después de que se hayan añadido 5.400 positivos más respecto al día anterior.
Según los últimos datos, las autoridades sanitarias británicas consideran que han logrado ralentizar la expansión del virus tras el endurecimiento de las medidas de restricción aplicada. Atendiendo a la evolución, en Semana Santa, sin ir más lejos, la cifra de contagios se duplicaba cada seis días, mientras ahora tarda unos 17 días en hacerlo, según recoge la cadena Sky News.
En esta nueva fase, el objetivo del Gobierno se ha centrado en incrementar los test,marcándose como objetivo lograr los 100.000 diarios. No obstante, actualmente, las autoridades estarían realizando unas 28.000 pruebas, pese a que la capacidad está por encima de 50.000, según el ministro de Sanidad, Matt Hancock. Aún queda un duro camino para llegar a la cifra marcada.
Entre tanto, el Ejecutivo ha ofrecido a ciertos colectivos de trabajadores de Inglaterra y Escocia la posibilidad de solicitar una prueba si ellos o alguien de su familia muestra síntomas. En esta medida, que afectaría a unas diez millones de personas, se incluye a trabajadores médicos, profesores, policías o trabajadores del sistema de transporte, entre otros. El problema es que, la plataforma a través de la cual se puede solicitar esa prueba ha experimentado durante su arranque numerosos problemas técnicos, llegando a ser cerrado apenas horas después de ponerse en marcha. Según Downing Street, solo en los primeros dos minutos se reservaron 5.000 lotes de pruebas a domicilio, de los cuales espera poder ofrecer 18.000 al día dentro de una semana.